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Bolsonaro: sopa de su propio chocolate // Con o sin Covid, desplome económico

C

uando menos dos salvajes de la política internacional han probado sopa de su propio chocolate: Jair Bolsonaro y Boris Johnson, presidente brasileño y primer ministro británico, respectivamente. No son los únicos, desde luego (ahí está el salvaje de la Casa Blanca, que hasta ahora la ha librado), pero este par de energúmenos pregonaron la inexistencia del Covid-19 (una gripita) y negaron el estallido de la pandemia y, por lo mismo, lo innecesario de la cuarentena y otras medidas sanitarias, porque, decían, afecta a la economía.

Pues bien, el terrible cuan acelerado conteo de muertos en sus países (67 mil y 45 mil, respectivamente, hasta ahora) no les resultó suficiente para reconsiderar posiciones… hasta que resultaron infectados por el bicho inexistente. El primer ministro británico terminó hospitalizado y el mandatario brasileño dio positivo y está en tratamiento. Y de todas maneras las economías de sus países, como las del resto del planeta, terminaron en el suelo, con ganas de empeorar.

Algo similar se observa en otras naciones latinoamericanas (en Europa, finalmente, se tomaron las cosas de una forma un poco más seria), región en donde destacan las nefastas actitudes de mandatarios como el chileno, el ecuatoriano, el peruano, el colombiano y algunos más que evadieron la cuarentena y otras medidas sanitarias, por el bien de la economía. Sólo reconsideraron, y con sus bemoles, hasta que el bicho arrasó en sus respectivos países. De hecho, sólo como ejemplo, el que hasta poco fue ministro de Salud de Chile pronosticó –científicamente, desde luego– que el bicho malo se convertirá en un bicho bueno y todos contentos.

Hasta ahora, América Latina reporta alrededor de 135 mil fallecidos por Covid-19 (con Brasil a la cabeza) y a pesar de la negación sistemática de personajes como los citados la región afronta un terremoto económico de proporciones crecientes. Las estimaciones de los organismos internacionales apuntan a una caída de 9.4 por ciento del producto interno bruto latinoamericano, y descontando.

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, Brasil, donde el ahora infectado Bolsonaro evitó cualquier tipo de política sanitaria, caería alrededor de 9.1 por ciento; en Chile el desplome sería de 7.5 por ciento, en Perú 14 por ciento y en Colombia alrededor de 8 por ciento. En esas naciones las tímidas acciones en contra de la pandemia se aplicaron tardíamente y el costo en vidas ha sido creciente.

Sin embargo, en otros países en los que se actuó de manera decidida e inmediata, como Argentina (uno de los que mejor ha manejado el impacto de la pandemia), el panorama económico no es distinto, aunque sí en lo referente al cuidado de la vida. Hasta ahora, esta nación sudamericana reporta mil 600 fallecidos por el Covid-19, contra cerca de 67 mil en Brasil, alrededor de 11 mil en Perú, 7 mil en Chile, 5 mil en Ecuador y otro tanto en Colombia. Con todo, en el presente año la economía argentina se desplomaría 10 por ciento.

En México las autoridades sanitarias actuaron de inmediato –-aunque en un principio el primer mandatario se sentía cómodo en la fase uno– y si bien hasta ahora el número de fallecidos supera 30 mil, la acción antipandemia ha evitado que la proporción sea mayor. De cualquier suerte, el FMI estima que la economía mexicana caería 10.5 por ciento.

De acuerdo con las estimaciones del citado organismo internacional, en este pandémico 2020 el peor resultado económico sería el de Perú (-13.9 por ciento), seguido por México (-10.5), Argentina (-9.9) y Brasil (-9-1). Para todos los países de la región, el FMI estima incrementos en sus respectivas economías a lo largo de 2021, aunque en ninguno de los casos esa proporción taparía el profundo agujero de 2020. En el mejor de los casos, recuperarían una tercera parte de las pérdidas.

Las rebanadas del pastel

Cómo estará la cosa, que hasta el FMI recomienda a los países ser cautelosos a la hora de plantearse la reapertura económica y permitir que los conocimientos científicos guíen el proceso.