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Los tablaos flamencos están en peligro de extinción, alertan
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▲ Martín Guerrero, propietario de Casa Patas, sitio emblemático que cerró definitivamente a causa de la pandemia.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Lunes 22 de junio de 2020, p. a12

Madrid. Tras 32 años de cante y baile flamenco, el icónico local madrileño Casa Patas cerró definitivamente víctima de la pandemia, una bofetada para el sector de los tablaos en España, que pide ayuda al gobierno ante el peligro de extinción.

Como no nos ayuden, los tablaos flamencos desaparecen, alertó Federico Escudero, presidente de la Asociación Nacional de Tablaos Flamencos de España, que agrupa a un centenar de salas, con 3 mil 400 empleos directos, clausuradas desde mediados de marzo.

Con la pandemia en remisión y la reactivación de la economía en España, la supervivencia de estos locales que dan sustento a 90 por ciento de artistas del flamenco, declarado patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, está en duda, según la agrupación.

Esto ocurre porque los tablaos, que toman su nombre de las tablas que resuenan con los tacones de los bailaores, viven de un público hasta en 90 por ciento extranjero, con las fronteras apenas reabriendo.

Ofrecen espectáculos íntimos de varios artistas, por lo regular cantaores, bailaores, músicos de guitarra, cajón y palmeros (que llevan el ritmo con las palmas), en lugares cerrados, difíciles de adaptar a las normas de distanciamiento social.

En este contexto, el cierre de Casa Patas a finales de mayo es la punta del iceberg de lo que puede venir y una bofetada de realidad para el sector, admitió su dueño, Martín Guerrero.

Nos quedamos sin cliente internacional (...) y nacional, y con una previsión de ingresos de entre 10 y 20 por ciento (de lo usual), eso hace que para la empresa sea imposible abrir, explicó.

Casa Patas, inaugurado en 1988 en el barrio de Lavapiés y considerado un templo del flamenco de Madrid, es un tablao típico: una sala pequeña, con un escenario reducido y unas 120 sillas muy próximas, que imposibilita que salgan las cuentas si se reduce el aforo, según Guerrero.

Rodeado de fotos de artistas que actuaron allí, como Diego El Cigala, Sara Baras, Pepe Habichuela, Estrella Morente y Tomatito, y de asiduos espectadores, como el fallecido guitarrista Paco de Lucía, expresó que el cierre ha sido muy difícil de sobrellevar, sobre todo por haber despedido a 25 personas, algunas con 20 años en Casa Patas.

Junto a un gran retrato de su padre, el ya fallecido fundador del tablao, Guerrero comentó que añorará su ambiente fantástico. Esa barra en la que te podías encontrar a artistas, aficionados, gitanos, andaluces, madrileños, alumnos de la escuela (de flamenco de la Fundación Casa Patas), turistas de cualquier parte del mundo.

En Barcelona, Mimo Agüero intenta evitar que corra la misma suerte el Tablao de Carmen, abierto hace tres décadas en honor a Carmen Amaya, figura universal del flamenco.

Hasta que el turismo no haya vuelto a la normalidad, con el ritmo que había antes, no podremos abrir, advirtió Agüero, responsable de la sala. Como no nos ayude el gobierno, no sabemos qué vamos a hacer, afirmó.

Bajo el lema Flamenco peligro de extinción, pide un plan nacional de ayuda que incluya extender los proyectos de desempleo parcial para los empleados hasta el 31 de diciembre y subvenciones para paliar la falta de turistas.