La Jornada del campo
20 de junio de 2020 Número 153 Suplemento Informativo de La Jornada Directora General: Carmen Lira Saade Director Fundador: Carlos Payán Velver
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Un virus que afecta a los de siempre

Leonardo Bastida

Este nicho selvático es compartido por nueves países de América del Sur y alberga a más de 35 millones de personas en sus terrenos. Por su riqueza, se enfrenta a problemas como la deforestación, la minería, la cacería ilegal, la sobrepesca, la urbanización, la expansión de la frontera agrícola y las altas tasas de violencia en contra de quienes defienden la riqueza del territorio. El caso más reciente de esta violencia es el de Gonzalo Pío Flores, líder asháninka de la comunidad de Nuevo Amanecer Hawái, en Perú.

Parte de quienes habitan en esta región biodiversamente abundante son comunidades indígenas: más de dos mil 400 grupos diferentes, ubicados en los distintos países, regularmente en aldeas aisladas con acceso mínimo a servicios de salud y que enfrentan, además de la posibilidad de infecciones de Covid19, violencia, inseguridad alimentaria, diabetes mellitus tipo 2, tuberculosis y el dengue, que cada año deja más muertos que cualquier otro brote viral en América Latina.

La Red de Periodismo Independiente Mongabay ha denunciado que en Ecuador, la comunidad waorani solicitó medidas cautelares a fin de que el Estado les brinde la atención médica necesaria, aplique las pruebas de detección en sus comunidades y se detengan las actividades extractivas que se llevan a cabo en las inmediaciones de sus localidades.

Integrantes de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública han comentado que en su país es necesario tomar en cuenta las diferencias étnicas existentes, iniciando por la disponibilidad de materiales sobre el nuevo coronavirus en las diferentes lenguas habladas en territorio ecuatoriano.

En Colombia, los pueblos tikuna, miraña, tariano, yukuna y ocaina ya han reportado casos del coronavirus Sars – Cov- 02 y en la población más grande de la zona indígena amazónica, Leticia, hay casi mil casos y sólo un hospital para atenderles.

Muy al sur, en la Patagonia, la comunidad mapuche de Neuquén ha denunciado discriminación y racismo en su contra, en medio de la situación. En la parte amazónica del Perú, los casos aumentaron de manera considerable, y las autoridades se han enfrentado al reto de hacer llegar insumos a zonas donde sólo es posible llegar a través de ríos, y en Brasil, gran número de brotes en territorio amazónico han estado directamente relacionados con casos que llegaron de otros puntos del país a las zonas de proyectos mineros o de tala ilegales.

Atención urgente

A finales de mayo, Carisse. F. Etienne, directora general de la Organización Panamericana de la Salud, advirtió sobre la presencia de más de 20 mil casos de Covid19 en la cuenca del Amazonas, donde la incidencia del padecimiento tiende a ser doble, en comparación con otras regiones de los países que comparten territorio amazónico, debido a que, ante la falta de acciones inmediatas, la situación a la que se enfrentan las comunidades indígenas tiene un impacto desproporcionado.

El relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, José Francisco Cali Tzay, ha externado que la crisis sanitaria está siendo aprovechada por las empresas que desean desarrollar megaproyectos en los territorios indígenas para implementar el caos, apoyarse en los estados para militarizar las zonas, despojarles de sus tierras, y desconocer su autonomía y sus formas de autogobierno, a fin de que ya no puedan gestionar sus tierras, territorios y recursos, y garantizar su seguridad alimentaria.

Esto, indicó, debilita a las comunidades, pues gracias a que han tomado sus propias medidas de protección, han evitado una catástrofe en sus territorios, dado que no hay información sobre el Covid19 en sus idiomas, los servicios médicos son escasos y, cuando los hay, carecen de una perspectiva cultural adecuada.

Para Myrna Cunningham, presidenta del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe, otro problema que enfrentan las comunidades es que deben viajar por muchas horas para llegar recibir atención médica, en tanto que las niñas y los niños no pueden tomar clases en línea debido a la falta de conectividad en sus localidades.

Ausencia científica

En las revistas científicas más prestigiosas del mundo se han publicado una gran cantidad de artículos con respecto a la pandemia y múltiples aspectos asociados a ella, sin embargo, aquellos enfocados a los pueblos indígenas son escasos. Uno de los más extensos, dado a conocer en la revista británica The Lancet, comparte la experiencia de autoaislamiento del pueblo tsimane de la región amazónica de Bolivia, el cual, a través de la intervención de un equipo multidisciplinario que ya trabajaba en la región desde 2002, apoyó en la implementación de sus propias estrategias ante la falta de atención por parte del gobierno boliviano.

Como parte de las conclusiones, el equipo internacional señaló que la mayoría de las comunidades indígenas no han sido beneficiadas por los insumos disponibles para la respuesta a la pandemia y sus necesidades han sido desechadas de los planes nacionales y regionales debido a la escasez de recursos, la insuficiencia logística y la carencia de una visión cultural adecuada.

Se estima que hay más de 20 mil casos en la Cuenca del Amazonas

En un ejercicio de comparación de datos epidemiológicos de pueblos indígenas de Australia mostró que su esperanza de vida es 20 años menor con respecto a la de la población en general, carece de espacios para aislamiento y registra altas tasas de prevalencia de diabetes mellitus tipo 2 (uno de cada tres integrantes), insuficiencia renal crónica y tabaquismo, además de distancias largas entre comunidades y los servicios de salud.

Y en México…

Aquí se han desarrollado materiales sobre el Covid 19 en más de 60 lenguas indígenas, también hay disponibles volantes informativos sobre el lavado correcto de manos e incluso hay diversas guías de atención para poblaciones indígenas y afrodescendientes. Estas han sido algunas de las respuestas del Estado mexicano para las comunidades indígenas.

Las cifras disponibles, hasta mediados de mayo indican que en los pueblos indígenas se han registrado 899 casos de la enfermedad provocada por el coronavirus, la mayoría de ellos en Yucatán (166), la Ciudad de México (129), Estado de México (739 y Oaxaca (69). Más de 60 por ciento de esos casos han sido atendidos en hospitales públicos administrados por las secretarías de salud federal o estatal, dada la falta de acceso a servicios de seguridad social.

Del total de casos registrados, 157 han derivado en muertes, muchas de ellas en el sureste mexicano, pues Quintana Roo encabeza la lista con 21 defunciones; seguida de Yucatán, con 20, y Oaxaca con 18. O en la zona centro, pues en la capital mexicana se han registrado 13 y 14 en el Estado de México.

Una de las medidas de salud pública que ha recomendado el gobierno a los pueblos indígenas es que no salgan de sus comunidades y ha pedido a las autoridades locales que faciliten el suministro de alimentos.

Sin embargo, como señaló Jesús Armando Haro en un documento elaborado para el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, estas medidas de aislamiento han tenido un impacto negativo en las comunidades, pues, en muchos casos, debido a la alta vigilancia existente alrededor de sus territorios por estar en una situación de conflicto socioambiental, los retenes se han incrementado y han propiciado una cultura de miedo. También se han desarrollado estrategias de aislamiento para quienes retornan de otras localidades a sus comunidades de origen para evitar posibles infecciones, pero sin una verdadera capacidad de respuesta frente a un brote.

A diferencia de muchas otras medidas gubernamentales, compartidas e implementadas desde principios de marzo, pues el primer caso de Covid19 en México se registró el 28 de febrero, las diseñadas para los pueblos indígenas se dieron a conocer a mitad de mayo, dos meses y medio después del comienzo de la pandemia en el país. •