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Siguen las protestas contra el racismo en EU

Escuchen el grito de ¡ya basta!: hermano de Floyd al Congreso

Trump frena intentos por cambiar los nombres de figuras de la Confederación a bases militares

Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 11 de junio de 2020, p. 24

Nueva York. El alzamiento civil que ha tomado las calles durante más de dos semanas está logrando más cambios en los derechos civiles en unos días que en los últimos años, ha sacudido a la cúpula política de ambos partidos, derrumbado estatuas de racistas y puesto bajo sitio a Donald Trump.

En una audiencia ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el hermano de George Floyd, cuyo asesinato a manos de un policía blanco hace dos semanas detonó el movimiento de protestas más amplio en décadas, declaró, después de describir el dolor de su familia: estoy cansado del dolor que estoy sintiendo ahora, y estoy cansado del dolor que siento cada vez que otra persona negra es asesinada sin razón alguna. Estoy aquí para pedir que ya pongan fin a esto. Pongan fin al dolor. Paren nuestro cansancio. Y agregó: la gente marchando en las calles les está diciendo ya basta.

Esas marchas continuaron en las calles y tienen diversas expresiones, incluyen el baile (bomba, electric slide, cupid shuffle, bailes de Senegal, twerking en Nueva Orleans, y hasta un grupo mexicano que dice que hace danza nahua), así como marchas en bicicleta.

Y continuaron cayendo estatuas; ahora le tocó a Cristóbal Colón. Una fue tumbada ayer en Minneapolis; el martes, manifestantes derribaron otra en Richmond, Virginia, y la tiraron a un lago, mientras en Boston una más fue decapitada.

En el Capitolio, la presidenta de la cámara baja, Nancy Pelosi, solicitó remover las estatuas de 11 figuras históricas de la Confederación –los estados sureños que intentaron separarse de la unión americana, en parte para mantener la esclavitud, lo que detonó la Guerra Civil en el siglo XIX–, declarando que esos monumentos honran el odio, no el legado.

Se multiplicaron anuncios de nuevas regulaciones y proyectos de ley para reformar la seguridad pública y las tácticas y rendimiento de cuentas por las fuerzas policiacas en varias partes del país. Hasta la Casa Blanca anunció que está formulando algunas propuestas para reformar el comportamiento de los policías.

Pero hay límites. Trump frenó ayer cualquier intento de cambiar los nombres de figuras de la Confederación que llevan varias bases militares, algo que el secretario de Defensa y el secretario del ejército estaban dispuestos a considerar. El comandante en jefe escribió por tuit que esas bases se han vuelto el gran legado estadunidense, y una historia de triunfo, victoria y libertad.

Mientras, el gobierno de Trump insiste en que su prioridad es la ley y el orden –algo que ya se volvió consigna electoral– y siguió justificando el despliegue de fuerzas federales contra la ola de protesta de sus ciudadanos. En una carta de respuesta a la alcalde de Washington DC, el procurador general, William Barr, afirmó que imágenes de televisión a finales de mayo dieron la impresión de que Estados Unidos estaba al borde de perder control de su ciudad capital. Por ello, argumenta, el presidente ordenó el despliegue de más integrantes de la Guardia Nacional, para poner fin a los disturbios, para que las funciones del gobierno federal continuaran y para que se restaurara la ley y el orden en la capital nacional.

Por otro lado, su secretario de Estado envío ayer un comunicado a todo el personal de esa dependencia sobre el caso de Floyd y sus implicaciones para la diplomacia estadunidense. Argumentó que nuestros propios disturbios cívicos nos ofrecen una oportunidad extraordinaria para contar nuestra historia en el extranjero: la respuesta estadunidense a los eventos en estas últimas semanas representan un contraste marcado a lo que sucede en regímenes totalitarios en el mundo.

Agregó: “tenemos que rechazar inequívocamente las falsas acusaciones –muchas de ellas vil propaganda emanada desde China, Irán y otras autocracias– cuestionando la credibilidad de Estados Unidos en promover los derechos humanos y la democracia en el extranjero”, reportó Politico.

Por pronto, el nivel de aprobación de Trump se desplomó 10 puntos en un mes, según la encuesta más reciente de Gallup, al ubicarse en 39 por ciento, con 57 por ciento de desaprobación (incremento de nueve puntos).