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Con venta de dulces, Daniel mitiga el hambre de su familia al no tener empleo
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▲ A pesar de vivir en la calle, Daniel y sus pequeños se muestran optimistas.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Sábado 23 de mayo de 2020, p. 31

La pandemia de coronavirus obligó a Daniel Mendoza a vender dulces y golosinas en las calles de la Ciudad de México.

Afuera del Mercado de Jamaica, en la alcaldía Venustiano Carranza, esa es su labor para contar con algo de comer mientras carga a su bebé y cuida a su hijo mayor de dos años, quien chupa una paleta y busca bajarse de la carriola con la intención de explorar los alrededores.

El joven tiene 28 años y antes de la emergencia sanitaria trabajaba en la Central de Abasto (Ceda) cargando bultos de alimentos y productos empacados durante más de 10 horas, lo que le permitía llevar alimento a su familia que habita en un bajo puente de la zona de Santa Anita, en Iztacalco.

Llegaban los tráileres a la central cargados de azúcar, nosotros los descargábamos todo en una bodega y los dueños nos pagaban. Por ejemplo, por cada bulto de azúcar nos daban 50 centavos, la caja de café a tres pesos. Al día llegaba a sacar unos 400 pesos porque era trabajar todo el día, eso sí, acababa bien cansado. Pero ahorita no hay chamba, por lo mismo del Covid no están dando mucha, entonces me pongo a vender dulcecitos.

Sin embargo, por las restricciones de sana distancia en la Ceda y debido a que su ex patrón ya no pudo pagarle, volvió a las calles en busca de dinero para apoyar a la esposa e hijos.

Su familia se resguarda en una especie de palapa donde colocaron una lona y una casa de campaña para protegerse del frío y de los insectos; no obstante, la medida no resulta efectiva, pues el bebé presenta picaduras en su cara. Relata que los vecinos les regalaron un colchón y cobijas.

Daniel ha buscado trabajo como cajero o repartidor en tiendas de autoservicio, pero como tiene antecedentes penales no ha sido contratado.

Hace dos años me acusaron de robo simple en una tienda porque mi hijo se escondió un juguete, fue un malentendido, pero me mandaron a la cárcel, con la nueva ley pude salir y sigo el proceso de todas formas, eso me ha impedido trabajar en esas empresas.

Apenas la semana pasada la titular de la Secretaría de Bienestar e Inclusión Social (Sibiso), Almudena Ocejo, reportó la saturación de los albergues de la Ciudad de México destinados a la atención de la población en situación de calle o abandono social, pues ya se había otorgado servicio a 2 mil 325 personas, por lo que las autoridades buscan abrir dos nuevos espacios para ampliar la atención. Mientras tanto, Daniel se las ingenia con sus productos para llevar comida a su familia.