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Reunir juguetes antiguos, una locura que se convirtió en tesoro: Roberto Shimizu

En la Doctores, el Mujam es un tributo al México de inmigrantes japoneses, dice // El recinto alberga más de 6 millones de piezas

 
Periódico La Jornada
Lunes 4 de mayo de 2020, p. 9

En la colonia Doctores de la Ciudad de México se alberga una colección que transporta a quienes la miran a una época no muy lejana.

Surgida de la pasión que Roberto Shimizu ha tenido durante toda su vida por reunir, no sólo juguetes, sino prácticamente cualquier cosa que le ayudara a conservar mejor al México del siglo XX, la colección creció hasta convertirse en un museo, hace 12 años.

Así surgió el Museo del Juguete Antiguo México (Mujam) en el edificio que comparte con la papelería La Primavera, abierta el siglo pasado por sus padres, en la calle Doctor Olvera número 15, donde están varios de los juguetes que alegraron la vida de los niños de ayer: canicas de barro, trompos, baleros, carros de pedales, trenes, pistas de carreras, hechos por jugueteros mexicanos de 1900 a 1970, objetos que muestran creatividad, ingenio, trabajo y esfuerzo que permitían a los menores usar la imaginación.

Mi abuelo le regaló una colección de timbres postales a mi padre. En 1955 la recibió, a sus 10 años, y poco a poco él empezó a guardar las cosas que iba encontrando en las calles, contó en entrevista el director de arte del Mujam e hijo del fundador, también llamado Roberto Shimizu.

El pasado viernes, el Mujam celebró su aniversario a puertas cerradas. Lo que Shimizu más lamenta de esta situación es que ahora la gente no puede experimentar las emociones por las que el fundador decidió compartir su colección.

En los recuerdos que el director de arte tiene de su infancia abundan los tianguis a los que iba con su papá en busca de nuevos objetos. Ir a la Lagunilla, la Plaza del Ángel, mercados de pulgas y tiendas de segunda mano eran los fines de semana que su familia solía tener.

Hace algunos años, recordó Roberto, su padre enfermó gravemente. Sentirse así de vulnerable hizo que el fundador del museo pensara en todo lo que había recolectado durante años. La colección que empezó para guardar los recuerdos de su niñez necesitaba una forma.

La historia del Mujam está también muy ligada a la de la familia que lo fundó. Su abuelo, un japonés que se quedó en México tras enamorarse del país, siempre enseñó a su familia a ser agradecida con el lugar que le mostró valores como la calidez humana.

El Mujam, destacó Roberto Shimizu, es un regalo de una familia de inmigrantes, un homenaje a México, a las cosas que tiene este país. A pesar de su relativa juventud, el recinto ha crecido lo suficiente para ser considerado por visitantes y expertos uno de los acervos arqueológicos más importantes de la sociedad mexicana del siglo pasado.

Foto
▲ En el museo se pueden ver canicas de barro, trompos, baleros, carros de pedales, trenes, pistas de carreras, de 1900 a 1970. En esta cuarentena ofrece funciones de cuentacuentos. La imagen del centro fue tomada de su página web, las otras dos pertenecen al Archivo de La Jornada.

A través de los ojos de otras personas, la familia Shimizu se ha dado cuenta de que lo que parecía una locura de su padre, se convirtió en un tesoro. Entre las más de 6 millones de piezas que integran ahora la colección del Mujam, se encuentran desde las máscaras originales del Santo hasta las anotaciones que Francisco González Bocanegra hizo al escribir la letra del himno nacional.

Para el coleccionista, quien prefiere que lo llamen guardador, el acopio de juguetes es un viaje en la historia del arte popular mexicano.

En el espacio hay trenes industriales de Deses, la Barbie mexicana de Lili Ledy, conocida como señorita Bárbara y su pareja, Ricardo; aviones de Chicho, juguetes hechos de vidrio soplado, muñecas de sololoy y de porcelana, colecciones de luchadores, como El Santo, marionetas entre las que está Titino.

Patrimonio del país

El Museo del Juguete Antiguo, al ser independiente, se ha tenido que enfrentar a diversas vicisitudes para seguir funcionando. Además del paro de actividades al que se enfrenta, ha sufrido el robo de piezas, una de las razones por las que buscan que la colección sea considerada patrimonio de México.

El edificio que alberga al Mujam es una vecindad de los años 30 que se fue adaptando poco a poco. Roberto Shimizu considera también que el recinto ha ayudado a que la percepción de la colonia Doctores vaya cambiando. Además de las exposiciones, han promovido el arte urbano tanto dentro del inmueble como en las calles aledañas.

El museo es el pasatiempo que se convirtió en el oficio de la familia Shimizu. Según su fundador, está formado por piezas que fueron pensadas para dar alegría. El director de arte del Mujam está convencido de que es difícil no encontrar en la colección algo con lo que una persona haya tenido una historia.

Las visitas guiadas, talleres, campañas de graffiti y demás actividades que el museo tenía planeadas para este aniversario se suspendieron. Sin embargo, en sus redes sociales, el museo compartirá funciones de cuentacuentos y otras dinámicas a través de medios digitales. Además, es posible hacer un recorrido virtual del Museo del Juguete Antiguo en https://bit.ly/3dbQ7dn.