Opinión
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México SA

Gobernadores al grito de guerra // Sin dinero, ¿en qué gastan?

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opará con pared el chantaje –disfrazado de exigencia soberana– de cuatro gobernadores (Jalisco, Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas) para obtener más recursos de la Federación (queremos una distribución de recursos sin inequidades, dice Enrique Alfaro), pero los mandatarios insisten, porque creen que así sacarán raja política de la delicada situación que vive el país.

Los extorsionadores Jaime Rodríguez (Nuevo León), Miguel Ángel Riquelme (Coahuila), Francisco García Cabeza de Vaca (Tamaulipas) y el propio Alfaro (Jalisco) amenazan con abandonar el pacto federal si la Secretaría de Hacienda no abre la chequera y entrega jugosas cantidades adicionales a cada uno de ellos.

De entrada, quien por ley aprueba las partidas presupuestales es la Cámara de Diputados –nadie más participa en la decisión de cuánto y a quiénes se canalizan recursos públicos–, pero esos cuatro gobernadores (todos con representantes en San Lázaro) insisten en que si no ven claro abandonarán el pacto federal. No nos alcanza, justifican, de ahí la necesidad de que la Federación aumente los montos autorizados.

Bien, pero más allá de quimeras o sueños húmedos, en todo caso el agujero financiero que esa cuarteta pretexta para sustentar sus exigencias no difiere del que padecen otros estados de la República, en el entendido de que los dineros de la Nación no alcanzan para cubrir de inmediato todas las necesidades nacionales.

Su queja es que no les alcanza, lo que invita a revisar en qué gastan los cuatro gobernadores gritones y chantajistas. Y aquí, de nueva cuenta, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), de la Cámara de Diputados, ayuda a entender de qué se trata, porque si se atiende el lacrimoso discurso de los mandatarios, entonces quedaría la idea de que los dineros que reciben de la Federación los destinan a mejorar el nivel de bienestar de sus gobernados. Pero ni de lejos es así.

De acuerdo con el CEFP, el gobierno de Enrique Alfaro (el más gritón y chantajista de los cuatro rijosos, lo que no aminora el coro) destina una tercera parte (32 por ciento del total de recursos que le canaliza la Federación) al pago de la nómina burocrática, proporción similar a la registrada 10 años atrás.

Jalisco tiene una deuda cercana a 27 mil millones de pesos (monto representativo del 23 por ciento de los ingresos totales del estado) y su servicio (pago de intereses y algo de capital) engulle cantidades crecientes.

El resto del dinero que recibe de la Federación lo canaliza a transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas; recursos reasignados a municipios e inversión pública (este último renglón resulta ser el más famélico, porque apenas representa 2 por ciento del total, la mitad del ejercido 10 años atrás).

En eso gasta el gobernador Alfaro, pero en su estado no cobra prácticamente nada, porque le implicaría un creciente costo político. Y el esquema lo repiten los demás mandatarios.

El Bronco es más de lo mismo. Con una deuda equivalente a 84 por ciento de los ingresos totales de la entidad y que en una década se incrementó 130 por ciento, Jaime Rodríguez se gasta en nómina burocrática 14 por ciento de lo que recibe de la Federación: 29 por ciento en financiar el débito estatal y 36 por ciento en asignaciones, subsidios y otras ayudas. Eso sí, a inversión pública uno por ciento.

En Tamaulipas (Cabeza de Vaca) y Coahuila (Riquelme) sucede lo mismo: servicios personales (36 y 34 por ciento de sus respectivos ingresos totales, deuda (30 y 77 por ciento, con un crecimiento en la última década de 60 y 375 por ciento, en cada caso) e inversión pública raquítica (3 y 5 por ciento, en ese orden).

Las rebanadas del pastel

Gracias, Lilly Téllez, siempre lenta pero segura: Dejo la bancada de Morena (en el Senado) por diferencias de criterio … Si de raja política se trata, ahí está el arrabalero Borolas dando consejos sobre cómo hacer bien las cosas. Y lo hace quien registró los peores resultados desde los tiempos de Miguel de la Madrid. Qué cara más dura.