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Pide la industria automotriz al gobierno federal ser considerado sector esencial
 
Periódico La Jornada
Lunes 6 de abril de 2020, p. 25

Todas las áreas medulares de la actividad automotriz en México han sido impactadas por el Covid-19: mercado interno, demanda externa y producción. De acuerdo con un estudio de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), México es la octava economía más afectada por la interrupción de la maquila en China desde principios de año.

Lo interconectado de las cadenas globales de producción ha resultado en que una reducción de 2 por ciento en la producción de ese país se traduzca en pérdidas para México por mil 369 millones de dólares, 36 por ciento de esos recursos en la industria automotriz. A ello se suma ahora el paro en la producción de vehículos en Estados Unidos, principal aliado comercial del país.

Aun con menos insumos para trabajar y mermados los mercados de exportación, la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA) y la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (Anpact) piden al gobierno que su sector sea considerado como esencial en la declaratoria de emergencia sanitaria que se definió ocho días atrás.

Fausto Cuevas Mesa, director general de la AMIA, explicó en entrevista que aunque no se produzca en la misma capacidad que antes de la contingencia sanitaria, hay líneas de ensamble que requieren mantenimiento permanente. Son actividades que, si no las hiciéramos, al momento de querer regresar vamos a estar en serias dificultades para efectuarlas, manifestó.

Además de las industrias de bienes intermedios que le abastecen, el sector cuenta con plantas de al menos 12 marcas de vehículos que abonan a las economías de Puebla, San Luis Potosí, Coahuila, estados de México, Sonora, Chihuahua, Guanajuato, Baja California, Jalisco, Nuevo León, Aguascalientes y Morelos.

De acuerdo con StataCorp, América del Norte produjo el año pasado 16 millones 780 mil unidades, 65 por ciento en Estados Unidos, 24 por ciento en México y el resto en Canadá. En 2009 se hundió prácticamente a la mitad y se fabricaron sólo 8 millones 760 mil.

México es el sexto productor de vehículos en el mundo. Sin embargo, en el país, la industria enfrenta una baja de insumos para fabricar y un mercado interno que en marzo se redujo 25.5 por ciento anual. En Estados Unidos, principal destino de las manufacturas mexicanas, Ford reportó una baja de 12.5 en sus ventas en el primer trimestre, a consecuencia de la crisis económica impuesta por el Covid-19. General Motors, de 7 por ciento.

“Es una panorama bastante difícil. La situación es de crisis sin precedente y llevará un buen tiempo volver a los niveles que teníamos previos a esta crisis. No obstante, justamente por eso, hay operaciones que consideramos esenciales para poder regresar de manera menos afectada (…) forzosamente tendremos que seguir manteniendo dentro de las instalaciones de las empresas”, explicó Cuevas Mesa.

Miguel Elizalde, presidente de la Anpact, sostiene que se debe garantizar la continuidad de ciertas operaciones para atender a otras industrias que han sido consideradas esenciales, como el traslado de alimentos y medicamentos. Prácticamente todos los servicios públicos y de emergencia, resumió.

Sumado a ello, expuso que es necesario que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes mantenga los procedimientos de emplacamiento para vehículos pesados. Desde el 26 de marzo la dependencia dejó de otorgar esas placas y sólo concluye los trámites que habían iniciado.

Esto en lo inmediato y en el marco de la emergencia, pero Elizalde agrega que la industria viene de una tendencia en el mercado interno de 23 por ciento en enero y febrero. Con la pandemia se caerán las ventas tal vez como no habíamos visto desde 2009 (...) no vemos manera de que se recupere, agregó.

Si bien el gobierno no ha recibido a la AMIA para considerarla industria esencial, se mantienen las mesas para una tregua normativa, como la entrada de las reglas de origen del T-MEC. Se pide que inicien en 2021 o convivan con las del TLCAN.

Alguna de estas dos es la que requerimos, porque a la fecha no tenemos textos sobre reglamentaciones para estar en el punto de cómo vamos a cumplir las nuevas reglas, añadió.