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Dinámica económica de México: la octava
E

l índice de producción industrial mide mes tras mes la producción real de minería, manufactura y producción y suministro de electricidad y gas natural. Para el caso de Canadá, Estados Unidos y México se organizan según el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte.

En particular, el índice industrial en Estados Unidos es –por decirlo así– el que más sigue nuestra economía. Sí. Nuestra economía formal –la reconocida en el PIB o en el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE)– guarda estrecha relación con las más de 300 actividades industriales estadunidenses de manufactura, minería y servicios de electricidad y gas natural.

Éstas, por cierto, son 20 por ciento del producto estadunidense global, hoy muy orientado a servicios financieros.

Aunque describe oportunamente los cambios a corto plazo, mide los movimientos en la producción. Y permite identificar cambios estructurales de la economía. En Estados Unidos la manufactura es el sector industrial más importante. Representa 75 por ciento de la industria. La minería, 14 por ciento. Las llamadas utilities de generación y suministro de electricidad, 9 por ciento. Y las de suministro de gas natural, 2 por ciento. Dos esferas importantes concentran la cuarta parte de la producción industrial estadunidense: productos químicos (13 por ciento) y alimentos, bebidas y tabaco (11 por ciento).

Otras cinco concentran otra cuarta parte: productos metálicos; maquinaria y equipo; computación y electrónica; vehículos de motor, partes y componentes; vehículos y equipos aeroespaciales.

Pues bien, todas estas son ramas que jalan (o detienen) fuertemente a nuestra economía. Nuestros productos agroindustriales, por la rama estadunidense de alimentos. Y nuestros materiales, equipos industriales, equipos informáticas, productos electrónicos y automotrices, por las ramas manufactureras más relevantes del país vecino.

Por ello el comportamiento del ciclo industrial estadunidense es extremadamente relevante para nuestro ciclo económico. Lo muestra una comparación simple. Del índice de producción industrial vecino y nuestro IGAE. ¿Cuál es el comportamiento reciente del ciclo industrial vecino? De decaimiento.

Desde octubre de 2018 el crecimiento industrial anual (mes de un año contra mismo mes del año anterior) ha sido cada vez menor. Primero –y durante seis meses– con crecimientos positivos, pero cada mes más chicos. Segundo –y durante 10 meses–, con decrecimientos cada vez más negativos. Y hasta el mes pasado. Es cierto que de mediados de 2015 a mediados de 2016 la economía de México se separó un poco del ciclo industrial estadunidenses. Lo explicaremos luego.

Pero aún es incuestionable la estrecha relación de ambas economías. Por ello no es aventurado adelantar una hipótesis. Si el ciclo industrial estadunidense empieza a recuperarse –altamente probable por la evolución de la capacidad instalada y de los beneficios industriales–, es casi seguro que este año nuestra economía empiece a recuperarse un poco del comportamiento negativo (leve, pero negativo) de 2019.

Y además, que en 2021 registre un mayor dinamismo. Esto significaría crecimientos del PIB de entre uno y dos por ciento este año. Y de entre dos y tres por ciento en 2021. No más. Al menos por lo pronto. Y siempre y cuando se recupere la inversión pública y privada. Ya lo profundizaremos. Sin duda.

NB. Mi profunda solidaridad con Edur Velasco. Las autoridades de la UAM deben responder.