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Cambio climático amenaza cultivos
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▲ El año pasado las firmas agroindustriales asentadas en el país desembolsaron 2 mil 700 millones de dólares para abastecerse principalmente de maíz amarillo, usado en la industria y la fabricación de alimento para ganado, según datos del GCMA.Foto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Domingo 23 de febrero de 2020, p. 14

Tehuacán, Pue., Hace unos 9 mil años los seres humanos domesticaron el maíz por vez primera cerca de Tehuacán, en el centro de México, estableciendo las bases para los primeros asentamientos permanentes en América.

Pero en tiempos recientes el incremento de las sequías atribuidas al cambio climático ha obligado a muchos agricultores locales a abandonar el maíz y otros cereales por alternativas con menos requerimientos de agua, como el pistache o el nopal.

Desde 2015 el área de cultivo de maíz en el municipio de Tehuacán, en el estado de Puebla, se ha reducido casi un quinto, según cifras oficiales, superando el declive nacional y a contracorriente de la tendencia mundial.

Se achaparró (encogió) la milpa (cosecha), porque no hubo lluvias, que tenían que caer en junio, julio, agosto y septiembre, dijo, cabizbajo, Porfirio García, agricultor de 59 años en San Cristóbal Tepeteopan, poblado de Tehuacán, dedicado principalmente a la agricultura y la ganadería.

La milpa es una técnica ancestral mesoamericana que permite sembrar maíz, frijol y calabaza en una misma área para satisfacer las necesidades básicas de la familia campesina.

Padre de 12 hijos, la mitad de los cuales le ayudan en sus dos hectáreas de terreno, García recordó que cuando la lluvia era regular producía cuatro toneladas por hectárea. Pero en los últimos cinco años, con suerte, llegó a 700 kilos.

Sosteniendo una mazorca atrofiada en medio de su maizal seco por la prolongada canícula, agregó: Nuestro medio en el que vivimos es el maíz. Nosotros, sin él, ¿qué hacemos?

Por décadas el maíz –cereal de mayor producción mundial– ha sido símbolo de orgullo entre los mexicanos, elemento indispensable de su variada cocina y columna vertebral del cúmulo de civilizaciones que dieron origen al México moderno.

Hoy, el cambio climático amenaza su importancia, socavando los planes del mandatario Andrés Manuel López Obrador de lograr la autosuficiencia alimentaria y obligando a la agroindustria a importar cada vez más maíz de Estados Unidos, socio comercial menos fiable desde que Donald Trump asumió la presidencia.

Atravesado por el trópico de Cáncer y entre dos océanos, México es uno de los países de Latinoamérica más vulnerables al cambio climático, según estudios. En los años próximos, sequías más fuertes dejarían menores rendimientos en los principales granos, como el maíz, lo que podría poner en jaque la seguridad alimentaria de la nación.

Agricultura en riesgo

En los últimos tres años, cada vez que el cielo de Tehuacán se nubla, los pobladores aseguran que avionetas surcan los aires para bombardear las nubes con yoduro de plata, técnica usada para disipar las tormentas.

Las denuncias no han sido comprobadas, pero persisten las creencias porque, entre otras cosas, la última temporada de lluvias –mayo a noviembre– fue la más seca en Puebla desde 1989, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Agricultores acusaron de las maniobras a las empresas avícolas de la zona porque, afirmaron, sus gallinas dejan de poner huevos por el estrés de las tormentas. Las firmas no contestaron a requerimientos de comentarios por Reuters.

Podría tomarse como un mito urbano, porque no hay nada comprobado científicamente, pero parece mágico, ya que cuando está a punto de soltarse una buena lluvia repentinamente las nubes pasan y no llueve, expresó Eusebio Olmedo, director de Desarrollo Rural y Agricultura de Tehuacán.

La gente busca chivos expiatorios, porque el cambio climático está encima, agregó.

Verdad o mito urbano, el hecho es que en los pasados cuatro años la superficie sembrada de maíz en Tehuacán disminuyó 18 por ciento, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural compiladas por Reuters, al pasar de 48 mil 757 hectáreas en 2015 a 40 mil 198 el año pasado.

Olmedo recuerda que, desde el nuevo milenio, los cambios en el clima se han acelerado, repercutiendo intensamente en la agricultura. Recordó que Tehuacán se caracterizaba por tener un clima muy agradable, muy benévolo. El año pasado, la temperatura en Puebla alcanzó un máximo promedio de 26.8 grados centígrados, récord desde los 24.7 °C de 1985, cuando empezaron a publicarse los datos de la Conagua.

Al modificarse las lluvias, la agricultura se convierte en un riesgo, aseguró.

Los efectos del cambio climático no sólo están causando estragos en Tehuacán, sino en el resto del país.

Desde 2016, la superficie sembrada y la producción de maíz en todo México retrocedieron.

En el ciclo 2016-2017 se sembraron 7.7 millones de hectáreas de maíz y se cosecharon 27.5 millones de hectáreas del grano, de acuerdo con cifras oficiales.