Opinión
Ver día anteriorLunes 27 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Toros
Ferrera en hombros
A

ntonio Ferrera brindó su actuación la tarde de ayer al Brujo de Apizaco, Rodolfo Rodríguez El Pana, que fue chispa de torero oculto y precipitó para resucitarlo los pases enlazados al débil toro de Villa Carmela, igual que sus hermanos, les faltó el gas para embestir y se volviera la tarde, en general, muy aburrida.

El diestro español, Antonio Ferrera, realizó una faena que resultó ser un collar de pases y cada actitud, un destello. Una imagen; cada pase natural se engarzaba al resto de los pases en un faenón preciso, precioso y medido al compás de los olés, teniendo como marco el escenario multicolor de capas antilluvia de la plaza mexicana.

Collar de pases, lujo de faena, rosario de pasión. El toro era una víbora enroscada en la cintura, en los redondos de Antonio, en ondas de círculo breve, donde cabía lo infinito.

Antonio Ferrera enlazó unos pases a otros, arriba y abajo. Juego de globos con la muleta por los aires que descendía al ruedo, confundida con el torero. Toreo diferente, no del gusto del que escribe, pero lleno de oficio y técnica torera. Congruente, citó al toro a la suerte suprema a unos cinco metros de distancia, se fue caminando con la muleta arriba y, en el momento del embroque, bajó la cabeza y le pegó una estocada en todo lo alto. La única regla fue la articulación que lo diferenció de los pegapases actuales, ya que carecen de la emoción de la fae-na ligada.

La faena de Ferrera fue de sentimiento y fuerza, un acercamiento, la concreción del paso de la vida a la muerte; una sola cosa. El diestro español salió en hombros triunfalmente por la puerta grande del encierro.

Los toreros mexicanos Macías y Adame pecharon con los de Villa Carmela, muy débiles, algunos cayendo en el redondel o arrodillados, que no transmitían. De todas formas, Luis David Adame medio calentó al tendido y se llevó una oreja.