Espectáculos
Ver día anteriorViernes 24 de enero de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
El viejo y el narco “es un ‘chinga tu madre’ a los tiranos del miedo”

Cómic con guion de Ricardo Vílbor e ilustraciones de Max Vento, que narra la historia real de un hombre que se enfrentó a Los Zetas

Foto
▲ La historia de don Alejo es mexicana y tiene algo de universal. Plantea una pregunta: ¿Qué harás cuando vengan por ti?Foto cortesía Panini Comics México
 
Periódico La Jornada
Viernes 24 de enero de 2020, p. 6

Don Alejo García, empresario avicultor, combatió solo a una célula del grupo criminal Los Zetas que pretendió arrebatarle su rancho San José, ubicado en el municipio de Padilla, Tamaulipas. El 14 de noviembre de 2010 se parapetó en su casa para enfrentar a los delincuentes; antes de morir a balazos, abatió a cuatro de ellos y dejó heridos a dos más. Su relato fue inspiración para la historieta El viejo y el narco, escrita por el guionista Ricardo Vílbor e ilustrada por el dibujante Max Vento –ambos españoles–, editada por Panini Comics México.

En el prefacio que acompaña a El viejo y el narco, el libretista Damián, a quien Ricardo llama uno de los mejores guionistas de cómic de España, que trabaja habitualmente para el mercado franco-belga, indica que la obra es “un ‘chinga tu madre’ a los malos, a los opresores, a los corruptos. A los tiranos del miedo. A los cobardes que crean pobreza e incultura y que viven de ellas.

Pretendo contar buenas historias, pero es innegable que un autor elige, conciente o inconscientemente, historias que hablen de él, ya sea directa o indirectamente. Buscas historias que reflejen tu pensamiento o tu forma de ver el mundo. Para muchos, don Alejo Garza fue un loco, una especie de ermitaño violento, pero yo he descubierto que fue un hombre familiar, un gran marido, estupendo padre, trabajador honesto, hombre de palabra y valiente. Sólo a través de esos valores se puede entender su decisión. Sólo quería dejar constancia de eso: algunas personas anónimas tienen la vergüenza torera y los huevos que les faltan a muchos dirigentes. Yo admiro a esa gente, ojalá me pareciera a ellos, afirmó Vílbor en entrevista electrónica.

Ricardo cambió algunos nombres y situaciones –remplazó el apellido original de su protagonista de Garza a García, situó su historia en Chihuahua y no en Tamaulipas, entre otros detalles–, pero mantuvo la esencia del relato.

Giros de lenguaje

La historia de don Alejo es mexicana, pero también tiene algo de universal. Planteaba una pregunta, un reto al que todos nos tenemos que enfrentar tarde o temprano, bajo diferentes formas, situaciones o disfraces: ¿Qué harás cuando vengan por ti? ¿Cómo reaccionarás cuando tengas que elegir entre tu dignidad, tus valores, tu respeto, lo que te hace humano, lo que te define, y el miedo, el dinero, la opresión, el poder, la corrupción?, explicó.

El cómic, si bien con expresiones que no niegan el origen ibérico de sus autores, presenta giros de lenguaje netamente mexicanos. Ricardo indica que logró obtener ese matiz dado que soy filólogo y durante la carrera algunas de mis asignaturas preferidas eran las de literatura latinoamericana. Al leer a Juan Rulfo, a Octavio Paz o a (la poeta argentina Flora Alejandra) Pizarnik, o al viajar a Sudamérica, entendí que esos autores, que ese continente también me explicaban a mí, que hablaban de mi historia y mis raíces. Puede que los mexicanos y los españoles no seamos hermanos, pero sí somos primos, tanto en lo bueno como en lo malo.

Agregó que una vez se publicó el álbum en Francia (el año pasado), conocí a un mexicano llamado Porfirio Gutiérrez con el que he trabado cierta amistad. Él, que es norteño, me hizo el favor de revisar los diálogos y conseguir que los personajes hablaran como debían.

También entrevistado vía Internet, el dibujante Vento, quien hizo el trazo y color de El viejo y el narco, indicó que este trabajo fue una verdadera colaboración. Ricardo sugería los planos en el guion y con esa base armaba una composición de página en la que tenía libertad para cambiar algunos aspectos.

Acotó que si bien lo ideal habría sido viajar al lugar de los hechos y tomar apuntes, no me fue posible. Así que utilicé todos los medios que la tecnología pone a nuestro alcance: los informativos, fotografías de Internet e incluso me di un paseo digital por Google Earth. No obstante, sí me tomé algunas licencias en los paisajes cercanos al rancho.

Mencionó que iluminó su cómic con “dos capas de color digital que se superponen. Una de base general y otra para las sombras. Lo que más me preocupaba era captar la luz de cada momento, porque la historia principal –quitando flashbacks– transcurre a lo largo de una jornada. Por tanto, mediante la luz se debía ir reflejando poco a poco el paso del tiempo”.

El viejo y el narco está disponible en librerías, tiendas de cómics y a través del sitio electrónico de la editorial: http://comics.panini.com.mx/