México ocupa el último sitio en los niveles de recaudación entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Con este argumento la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de Diputados tiene ya un borrador general de reforma fiscal para 2021 que pretende mejorar la progresividad del marco tributario con el propósito de disponer de más recursos en el combate a la desigualdad.

Se contempla, además, el combate a la informalidad, mejorar la recaudación del impuesto predial, y restituir la tenencia federal para hacerla participable con los estados, expuso el presidente de la comisión, Alfonso Ramírez Cuéllar (Morena).

La reforma hacendaria para 2021, que se constituye en uno de los compromisos de la administración federal, incluye la revisión y actualización del federalismo.

También combatiría la informalidad; mejoraría la recaudación del impuesto predial por medio de usos electrónicos respaldados por las tecnologias de la información; la restitución del impuesto a la tenencia federal, con la obligación de hacerlo participable, y la puesta en marcha de gravámenes ambientales.

Actualmente México recauda 16.1 por ciento del PIB, mientras el promedio de los países de la OCDE es de 34.3 por ciento.

En 2016 la tasa de evasión del impuesto al valor agregado (IVA) fue de 45.8 por ciento como porcentaje de su recaudación potencial, lo cual representó 2.4 por ciento del PIB. Si en México no se evadiera el IVA, se recaudarían alrededor de 564.4 mil millones de pesos adicionales cada año, expone la propuesta del presidente de la Comisión de Presupuesto.

Así, por ejemplo, en el caso del impuesto sobre la renta (ISR) se han documentado notables problemas de cumplimiento.

Las personas físicas con actividad empresarial tienen una tasa de evasión de 56 por ciento, lo cual representa 0.3 por del PIB, equivalente a 60 mil millones de pesos. También las personas físicas en el régimen de arrendamiento tienen una tasa de evasión de 73.5 por ciento, lo que representa 0.1 del PIB, que se ubica en 20 mil millones de pesos.

Las finanzas públicas de los estados se encuentran en un momento complicado: Para 2018 se observa que 80 por ciento de los ingresos de las entidades fueron de origen federal, mientras que los ingresos propios y otros ingresos, representaron 10 por ciento cada uno.