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Crean vitromurales

Habitantes de Zacatlán llevan la memoria del pueblo a la calle

Artistas y voluntarios participan en el proyecto, que ya atrae a turistas

Foto
▲ Mural en El Callejón del Hueso del proyecto de vitromurales Zacatlán de mis recuerdos, que realizan 18 artistas plásticos y voluntarios autodidactas en Zacatlán de las Manzanas, Puebla, el cual tiene como finalidad rescatar los espacios públicos.Foto Miguel G. Galicia
 
Periódico La Jornada
Lunes 9 de diciembre de 2019, p. 35

El proyecto de varios vitromurales Zacatlán de mis recuerdos, que realizan 18 artistas plásticos y voluntarios autodidactas en Zacatlán de las Manzanas, Puebla, tiene varias finalidades: rescatar el espacio público; perpetuar la memoria del pueblo mediante la reproducción de fotografías de los siglos XIX y XX, dar continuidad a otros murales que le precedieron y embellecer por puro amor al arte el poblado, señala la maestra Maricarmen Olvera Trejo.

Esta propuesta plástica, que empieza a embellecer El Callejón del Hueso –que fue ampliado desde la calle Nigromante– a unas cuadras del centro del pueblo mágico, reproduce fotos antiguas, donadas en primera instancia por Juan Sánchez, amigo de Olvera Trejo, pero después la comunidad se sumó con otras de sus archivos familiares. La más antigua data de 1880.

La participación ciudadana enriquece tal apuesta y reafirma el sentido de pertenencia de un espacio que durante muchos años fue evitado debido a sus malas condiciones, pero que ahora permite el disfrute a los viandantes e incluso atrae a turistas que de otra manera no se habrían acercado a la zona.

Así se crea, poco a poco, un nuevo andador turístico que contará con 19 murales, con medidas, en promedio, de tres por tres metros hasta de seis por cuatro el más grande; amén de que se impulsa la economía local, pues vecinos ya empiezan a habilitar sus casas como tiendas para ofrecer productos diversos.

Las reproducciones requerirán aproximadamente más de un millón de piezas, cortadas a mano, de loseta, principal material que ha sido donado por las casas de construcción y vecinos.

Si bien no cuentan con financiamiento que alcance, dijo en entrevista Maricarmen Olvera, todos los participantes, artistas, vecinos y contribuyentes lo hacen por amor al arte. Cada uno da sin esperar algo a cambio, por el amor al pueblo hay que hacerlo, es muy satisfactorio.

Agregó que el académico estadunidense Dick Davis, su amigo, ha financiado con dinero propio tales proyectos desde su arranque, en 2014, y lo sigue haciendo para la adquisición de herramientas.

La también regidora de Turismo y Desarrollo Económico recordó que Zacatlán de mis recuerdos nace como consecuencia del primer Festival Internacional del Elote y del Maíz, efectuado hace cinco años, cuyo resultado fue el mural alusivo, que tenía la finalidad de plasmar la importancia de la tierra y de esa planta, y fue creado en el Paseo de la Barranca, a un costado del mirador.

Invité a Dick Davis, quien desde California me preguntó si tenía 50 dólares para pagarle a alguien para que nos enseñara a hacer los murales , pero le dije que no tenía ni 10 dólares, así que él no vino, pero financió el viaje al artista de Filadelfia, Isaiah Zagar, quien vino y nos enseñó la técnica para crear los vitromurales, recordó.

Relató que cuando el artista le mostró el boceto “vi que era un grafiti y me espanté, pero nos dijo: ‘Esperen’, y lo uniformó con pintura. El resultado fue satisfactorio”.

Ese mismo año ella propuso rescatar la historia del nombre del pueblo y, luego de una investigación que la llevó a encontrar que en el libro Zacatlán, el imperio de la pomona, escrito por Jenaro Cabrera Oropeza en 1999, existe el primer registro del apelativo Zacatlán de las Manzanas, el 7 de diciembre de 1714. Es el documento más antiguo que trata el tema.

El texto puntualiza: Pedimos al alcalde mayor y al escribano no meterse en la elecciones de los naturales de San Pedro Zacatlán de las Manzanas.

Eso propició que se conmemoraran, con la creación de un mural, 300 años de esa población. La obra refleja la principal actividad económica de la zona: el cultivo de manzanas. En el proyecto también participan 58 comunidades, entre ellas Tomatlán, Xicolapa, San Pedro, Cacuila, San Miguel Tenango y Tetelancingo, cuyos nombres aparecen en el vitromural.

Maricamen Olvera continuó con la idea de los murales, y luego fue creado El universo náhuatl, el cual plasma la cosmogonía prehispánica. Las deidades están representadas y rematadas con cabezas de Quetzalcóatl montadas en relieve por el albañil Julio Cruz Nieto, uno de los voluntarios.