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Señalan que la extirpación de apéndice daría protección frente al Parkinson
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de diciembre de 2019, p. 29

Estudios recientes sugieren que la extirpación del apéndice podría dotar de cierta protección frente al Parkinson, de acuerdo con Gregorio Rafael Benítez Peralta, académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El profesor universitario explicó que la clave podría estar en una proteína llamada alfa sinucleína, que es una característica patológica del Parkinson y estrechamente relacionada con su inicio y progresión.

El estudio sugiere que el apéndice contiene una gran cantidad de esta proteína. Por tal motivo, se ha planteado que extirparlo podría prevenir la enfermedad.

Sin embargo, existen estudios en donde se recomienda no extirpar el apéndice, ya que no previene la enfermedad, sólo retardaría su presencia.

El apéndice es una porción del intestino grueso localizado cerca de la terminación del intestino delgado y comienza el intestino grueso llamado ciego, que es el fondo de una bolsa cerrada. Se trata de una prolongación del colón ascendente donde se inician las fibras musculares longitudinales.

Mide de 8 a 12 centímetos y recibe su nombre por ser una especie de colgajo del intestino que cuelga como péndulo: appendix vermiformis, que tiene forma de vermis o gusano o tornillo. Tiene entrada pero no salida.

El ciego contiene muchos ganglios linfáticos y, por tanto, también se conoce como amígdalas intestinales. De hecho, tiene una entrada, pero no una salida, por lo tanto, acumula fácilmente partículas de alimentos, lo que puede causar una inflamación.

Desde la antigüedad su función representó un misterio. No obstante, estudios recientes señalan que quizás desempeña un papel tanto en el sistema digestivo como en el inmunitario al actuar como un depósito de bacterias valiosas, que se alistan cuando el tracto intestinal pierde su función. Es una flora intestinal beneficiosa.

Cuando esta porción del intestino se inflama, se habla de apendicitis. Entre sus causas están: infección por bacterias, acumulación de heces, parásitos, torsión del apéndice e incluso tumores.

La apendicitis se clasifica en etapas de acuerdo con su evolución: catarral, cuando se obstruye; flegmonosa cuando tiene una inflamación leve; úlcero-flegmonosa, cuando está supurado, gangrenoso o perforado. Las bacterias más comúnmente encontradas son Escherichia coli, Steptococcus viridans y bacteroides.

La apendicitis aguda representa la patología quirúrgica más común en la infancia y se presenta en uno o dos casos por cada 10 mil niños menores de cuatro años y 25 casos por cada 10 mil niños entre cuatro y 17 años.