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La Habana está de fiesta por los 500 años de su fundación

La efeméride se cumple el 16 de noviembre // Intensifican amplio programa gubernamental orientado a mejorar la arquitectura de toda la capital cubana

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▲ Óleo, 1775, del pintor Dominic Serres que representa la entrada de la flota británica a La Habana en 1772, episodio de la última operación importante de la Guerra de los Siete Años 1756-63; abajo, la Alameda de Paula, primer paseo de la ciudad, ubicada en La Habana vieja.Foto Museo Marítimo Nacional/Wikimedia Commons
 
Periódico La Jornada
Martes 12 de noviembre de 2019, p. 6

El 16 de noviembre se celebran los 500 años de la fundación de La Habana, capital de Cuba, y la ciudad está de fiesta.

Convertida en una urbe cosmopolita, comunicativa y abierta,como la definen propios y extraños, no sólo es el centro de la vida política y económica de esa nacióncaribeña, sino la sede de importantes instituciones científicas, académicas y culturales que durante todo el año han realizado diversas actividades para conmemorar la efeméride.

La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana impulsa desde hace años varios programas con el fin de preservar el patrimonio cultural material e inmaterial de la zona, en particular su rica y variada arquitectura colonial.

Con motivo del 500 aniversario, esas labores se intensificaron y comenzó un programa gubernamental amplio, dirigido a mejorar el estado constructivo de toda la capital cubana.

El primer asentamiento deLa Habana se ubicó un poco más al sur de su localización actual, pero años después –en 1519– se trasladó a su enclave definitivo, al amparo de una propicia bahía de bolsa. Fue el 16 de noviembre de 1519, ‘‘a la sombra de una ceiba que por allí existía, casi frente al mar”, cuando ‘‘se celebró la primera misa y el primer cabildo, y se declaró fundada la villa con el nombre de San Cristóbal de La Habana, en nombre de los Reyes de España”, señalan diversas crónicas históricas. A juicio de los historiadores, La Habana se convirtió rápidamente en el puerto más seguro del Caribe y llegó a contar en el siglo XVII con el astillero de mayor fama del llamado Nuevo Mundo.

En la actualidad, esas antiguas construcciones donde antes eran ocupadas por almacenes y oficinas de aduanas tienen funciones culturales, además de una remodelada infraestructura. Según registros históricos, la Villa de San Cristóbal de La Habana adquirió su denominación de un santo católico y del jefe aborigen Habaguanex, habitante primigenio de la zona y hoy, el nombre de una de las principales empresas del área.

El más cursado puerto de las naos en Indias

Cinco siglos de existencia han hecho a la ciudad protagonista de novelas, canciones, poesías y filmes, pero sobre todo, la convirtieron en la gran protagonista de la vida cubana. En 1982 su Centro Histórico fue declarado patrimonio de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y hoy es uno de los mejor conservados de América Latina y el Caribe.

Entre la información especial que las recientes semanas ha difundido la agencia cubana de noticias Prensa Latina con motivo de la celebración, el periodista Gustavo Robreño Díaz recuerda que la primera representación gráfica de la naciente villa de San Cristóbal de La Habana no fue dada a conocer en España, sino en Portugal, en fecha no precisada entre 1574 y 1590.

Añade que el autor fue precisamente un marino lusitano del que poco se conoce, ni siquiera su nombre y apellidos, sólo que respondía al nada convencional mote deCargapatache.

Más que un plano propiamente dicho, el del improvisado cartógrafo portugués es un croquis, sin escala ni medidas, elaborado con la aparente única intención de brindar una imagen general de cómo era entonces la ciudad.

Según afirma el historiador Emilio Roig de Leuchsenrin en su libro La Habana, apuntes históricos, este primer intento de boceto habanero destaca, ante todo, por una ‘‘deliciosa ingenuidad’’ en la que queda plasmada sin lugar a dudas la ‘‘pobreza y pequeñez de la villa’’ en esa época.

Son visibles los primeros muelles de lo que luego fue la suntuosa rada habanera, custodiados por la ‘‘Fortaleza nueva’’, como se denominaba entonces al recién construido Castillo de la Punta y la ‘‘Fortaleza vieja’’, como se conocía desde antes al Castillo de la Real Fuerza.

El enigmático Cargapatache decía de La Habana que se trataba del ‘‘más cursado puerto de nuestras naos de todos cuantos hay en Indias; porque vienen aquí a hacer escala, tomar agua y leña y mantenimiento casi todas las naos que vienen a España de casi todas las partes de las Indias”.

En cuanto a los moradores de la ciudad, una suerte de ‘‘primeros habaneros’’, señala el texto que acompaña el rudimentario esquema, que residen en la villa ‘‘hasta 150 vecinos que los más dellos parece vivir del hospedaje que hacen a los que por allí pasan’’.