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El tenor mexicano Javier Camarena triunfa de nuevo en escenarios de Europa
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▲ Javier Camarena (en el papel de Nemorino), al centro, con el elenco de la ópera El elixir de amor, de Donizetti. El reconocido cantante mexicano logró su cuarto bis en Madrid.Foto ©Javier del Real/Teatro Real
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 12 de noviembre de 2019, p. 5

Madrid. Con voz transparente, fraseo nítido y limpio, pero también con esos silencios prolongados e intensos que sobrecogían el alma, el tenor mexicano Javier Camarena cantó su cuarto bis en el Teatro Real en la capital española, en su interpretación del aria Una furtiva lacrima, de la ópera El elixir de amor, de Gaetano Donizetti.

El cantante ha hecho historia convirtiéndose en el primero en lograr cuatro bises y asumiendo así su papel de artista fetiche del prestigioso coliseo madrileño.

Camarena (Xalapa, Veracruz, 1976) se ha erigido en los últimos años en el tenor de referencia en el mundo, sobre todo en el repertorio del bel canto. Su voz es capaz de resistir los agudos más exigentes, al mismo tiempo que transmite emo-ción y calidez en cada una de sus interpretaciones.

Prácticamente en todo el mundo operístico hay consenso de que el cantante mexicano es hoy el mejor tenor del mundo, al convertir cada una de sus actuaciones, ya sea en versión de recital o interpretando alguno de los papeles de su amplio repertorio, en momentos únicos en los que todas las virtudes de la ópera se hacen presentes.

Gracias a su voz, su instrumento, y al resto de elementos que lo rodean, las hace más vivas y mejores.

Así sucedió la noche del sábado en el Teatro Real, en su interpretación del papel de Nemorino, en El elixir de amor, consciente de que todas las miradas estarían puestas en su forma de asumir un papel que, al menos en este montaje, exigía mucho movimiento y actividad en el escenario al tiempo que musicalmente es de mucha complejidad. Y Javier Camarena no defraudó. Su interpretación de la aria feti-che de esta ópera y también una de las más celebradas del mundo provocó un silencio conmovedor en las casi 2 mil personas que asistieron a la función.

Detonó una inmensa emoción que sólo se rompió con un estruendoso y cerrado aplauso de más de cuatro minutos con el público de pie. Así hasta que regaló a la audiencia, con la connivencia del director musical, un bis de Una furtiva lacrima…, que después de ejecutado convirtió de nuevo al Teatro Real en un hervidero de aplausos hacia Camarena, quien agradeció emocionado, con los ojos llorosos y una inmensa sonrisa en el rostro. Lo mismo aconteció cuando debutó en 2014 con La hija del regimiento, cuando cantó hasta en dos ocasiones sus históricos bises en el aria Ah! mes amis, quel jour de fête! sus 18 do de pecho, además del bis que también logró en el sexteto de Lucia di Lammermoor, también de Donizetti, en 2018.