Capital
Ver día anteriorMartes 29 de octubre de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Recuerdan a los muertos en sismos

Afloran megacalaveras del Mictlán por baches y grietas en Tláhuac
Foto
▲ Vecinos de la calle Enrique Lombardo, en la colonia Santa Cecilia, Tláhuac, colocaron calaveras de cartón en protesta por el mal estado de las calles y en recuerdo de los muertos durante el sismo de septiembre de 2017.Foto Alfredo Domínguez
 
Periódico La Jornada
Martes 29 de octubre de 2019, p. 29

El mal estado de la carpeta asfáltica fue aprovechado por Raymundo Medina para montar dos enormes calaveras de cartón que emergen de las entrañas de la tierra en la calle de Francisco Santiago Borra, en la colonia Santa Cecilia, y llamar la atención de las autoridades de Tláhuac para repararla.

Además de tocar un poquito esa fibra de quienes murieron en los terremotos de hace dos años para que recorran el camino del Mictlán hacia la zona de los vivos para obtener su ofrenda y festejen con ellos este Día de Muertos.

La idea de este proyecto de cartonería, actividad que aprendió hace nueve años en el Faro de esa demarcación, fue aprovechar los baches y los montones de escombro que se tienen también para colocar otras calaveras, dar mayor realidad a la situación y atraer la atención de pequeños y grandes.

Se trata, dijo, de mantener una de las más bellas tradiciones de la cultura mexicana: la Ofrenda de Muertos, que lo llevó hace ochos años a colocar la primera en la banqueta de su casa, lo cual atrajo la atención de sus vecinos, quienes se sumaron a este proyecto.

Un año después, sin embargo, se decidió que cada uno hiciera sus propias creaciones, siendo diferente cada festejo, y que culmina ahora con una calavera de dos metros de largo y otra de cinco, que cubrieron todos los baches de la carpeta asfáltica, problema que existe en toda la ciudad.

Con ello, se buscó tocar dos temas sociales: la urgente necesidad de atender los baches y recordar a quienes murieron en los terremotos de hace dos años, y preservar esta tradición mexicana entre las familias, señaló.

El resultado de tres meses de trabajo de Armando y su familia fue muy bien aceptado por vecinos y decenas de personas que llegaron de diversos puntos de la ciudad para tomarse una foto debajo de la mano huesuda de la calavera, junto a su gran cráneo o quedar aplastado por su enorme tamaño; lo importante era tener un recuerdo.