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Greta y el desastre ambiental
U

na radicalidad intransigente, sin matices ni medias tintas, tendría que ser la demanda a las sociedades y gobiernos del mundo por el desastre medioambiental. Greta Thunberg nació con síndrome de Asperger; por su propia naturaleza asume una postura así: apremiante e irreductible. Tres de cada 100 en el mundo son Asperger: el nombre del síntoma la sicología lo aplica a quien lo tiene; se trata de una de las varias formas del autismo. Los Asperger que han nacido en una casa con recursos suficientes, saben bien su condición. Se llaman a sí mismos aspies y llaman a los normales, neurotípicos. No son empáticos y no pueden serlo porque están impedidos de identificar el sentir de los demás. No pueden mentir ni guardar pensamientos internos y pueden ser agresivos si no se sabe tratarlos. Si las emisiones tienen que parar, entonces debemos parar las emisiones. Para mí eso es blanco o negro; no hay más; así piensa Greta y hoy son millones quienes la siguen o repiten sus mensajes.

Los aspies se enfocan en un asunto de modo profundo y pueden llegar a dominarlo con datos abundantes. En la web puede hallarse información cuantiosa sobre el síndrome. Entre los rasgos de personalidad, se apunta:“la mayoría de los Asperger son bastante imaginativos, soñadores, creativos e innovadores (porque se fijan en detalles que otros no toman en cuenta), existiendo aspies bastante exitosos en áreas creativas.” Hans Asperger, el médico austriaco que identificó e hizo la primera descripción del síntoma, escribió: Al parecer, se requiere un chorrito de autismo para el éxito en la ciencia o en el arte.

Greta, al alimón con el británico George Monbiot, escritor y militante medioambientalista, entre sus decenas de intervenciones públicas, dijo el pasado 14 de abril en un video profusamente difundido: Alrededor de 2030, dentro de 10 años, 259 días y 10 horas, habremos llegado a un punto en el que desataremos una reacción en cadena que probablemente supondrá el fin de nuestra civilización. Algunas más de sus afirmaciones: “estamos presenciando el comienzo de una extinción masiva. Nuestro clima está colapsando. Pero aún lo podemos arreglar…, [para] sobrevivir tenemos que dejar de quemar combustibles fósiles, pero eso por sí solo no será suficiente. Hay una máquina mágica que succiona el carbono del aire, cuesta muy poco y se construye sola. Se llama: árbol. Un árbol es el ejemplo de una solución climática natural. Manglares, turberas, selvas, pantanos, fondos marinos, algas marinas, ciénagas, arrecifes de coral, toman el carbono del aire y lo conservan. La naturaleza es una herramienta que puede usarse para reparar nuestro clima quebrado. Estas soluciones naturales climáticas podrían lograr un cambio masivo, pero solamente si mantenemos los combustibles fósiles debajo de la superficie de la tierra”.

Soluciones basadas en la naturaleza reciben 2 por ciento de los recursos mundiales usados para combatir el desastre. Y lo peor: justo ahora, cuando más necesitamos a la naturaleza, la estamos destruyendo más rápido que nunca.

¿Qué debemos hacer? PROTEGER: Bosques tropicales están siendo talados a la velocidad de 30 campos de futbol por minuto. Donde la naturaleza está haciendo algo vital debemos protegerla. RESTAURAR: Gran parte de nuestro planeta ha sido dañada, pero la naturaleza se puede regenerar y podemos ayudar a que los ecosistemas se recuperen. FINANCIAR: Debemos dejar de financiar cosas que destruyen la naturaleza y financiar cosas que la ayudan. Es así de simple, PROTEGER, RESTAURAR Y FINANCIAR, y todo eso, dicen Greta y su amigo escritor, podemos hacerlo todos.

¿Por qué los neurotípicos no podemos verlo así de simple? Si nos enfocamos exclusivamente en las palabras de Greta es, aunque sean magnas tareas, así de simple. Así es para Greta y millones acuden a sus llamados. Ojalá estas olas humanas se vuelvan tsunamis.

Lo que Greta no puede ver: lo que de suyo es simple está inmerso en unas gigantescas estructuras de intereses opuestas tan radicalmente como Greta, a que sus riquezas no continúen creciendo ad infinitum. Pero si esto es así, los homo sapiens sapiens que continúan siendo humanos, y se saben tan parte de la naturaleza como un clavel o una chirimoya, no podemos sino rebelarnos y decir que sí, que es así de simple como dice Greta; y que además de proteger, restaurar y financiar, es necesario derribar los intereses opuestos a poner fin a la rapiña demente sobre el planeta.

Que las olas se vuelvan tsunamis políticos. Que lo complejo producto de los capitales ciegos, se vuelva simple; las mayorías pueden hacerlo. En una entrevista Greta dijo: mi Asperger me ayuda a no creer en mentiras, me hace diferente y ser diferente es un regalo. En ocasión distinta: la política me parece muy interesante y es una forma de marcar la diferencia, aparte de esto [los actos de protesta]. Pero insisto: cuando sea lo suficientemente mayor para convertirme en política, ya será demasiado tarde.