Belgrado. Marina Abramovic, icono del arte corporal y del performance, inauguró ayer en Belgrado, su ciudad natal, una gran retrospectiva sobre su obra, marcada también por la provocación.

La artista, vestida de negro, convocó a la prensa de madrugada para ordenar simbólicamente su obra y aseguró que su vuelta a Belgrado, de donde se fue en los años 1970, es muy emotiva.

Aquí aprendí tres cosas: de mi abuela, la espiritualidad; iba siempre a la iglesia con ella de mi padre aprendí la valentía y de mi madre la disciplina y la voluntad, declaró.

La exposición, abierta hasta el 20 de enero de 2020, reúne cuadros y dibujos de cuando estudiaba en la academia de Bellas Artes de Belgrado (1965-1970), así como fotografías, instalaciones y videos que recorren sus 50 años de carrera que la convirtieron en una de las artistas más importantes del arte contemporáneo.

Por otra parte, varios artistas reproducirán algunos de sus performances más conocidas.

Belgrado es la última etapa de esta exposición itinerante llamada The Cleaner (El limpiador) que desde 2017 pasó por Suecia, Dinamarca, Noruega, Alemania, Polonia e Italia.

Para Marina Abramovic, exponer en Belgrado es muy especial porque se trata de la primera muestra en su ciudad natal desde 1975, recuerda un comunicado del Museo de Arte Moderno, el cual la acoge.

No soy política, sino artista; esta exposición enseñará a los políticos que invertir en cultura puede llegar a niveles más elevados, dijo para responder a una pregunta sobre si usará su notoriedad para incitar a los responsables políticos a hacer más por los artistas en Serbia.

Es muy importante seguir su corazón y sus ideas sin hacer compromisos; vivir su arte necesita muchos sacrificios, pero si lo haces, aporta muchos resultados, expresó.

Al principio de los años 70, Abramovic eligió el performance como medio de expresión; desde entonces ha intentado rebasar sus límites físicos y mentales.

Uno de sus performances más conocidos es Balkans Baroque, que llevó a cabo en 1997 en la Bienal de Venecia. Durante cuatro días Abramovic estuvo limpiando huesos llenos de sangre al tiempo que un video proyectado en la pared de la sala mostraba imágenes de las guerras de Yugoslavia de los años 1990.

El performance le valió el León de Oro al mejor pabellón.

En 2010, en The artist is present, pasó varias horas al día, durante meses, mirando a los visitantes a los ojos, entre ellos actores como Sharon Stone o James Franco.

En 2013 colaboró con la cantante Lady Gaga en varios videoclips; la ayudó a reforzar su sensibilidad física y mental. Estoy obsesionada con esta mujer; es increíble, declaró Lady Gaga refiriéndose a Abramovic.