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El alzamiento armado no tiene futuro en Colombia, advierte Londoño, líder de FARC
 
Periódico La Jornada
Martes 3 de septiembre de 2019, p. 24

Bogotá. El partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) pidió ayer a sus antiguas tropas no retomar las armas, luego de que ex comandantes se apartaron del pacto de paz que puso fin a más de medio siglo de conflicto armado en Colombia.

Rodrigo Londoño, presidente del partido surgido de los acuerdos de paz, invitó a los que puedan sentirse tentados por los cantos de sirena de los desertores de la paz, a que piensen, mediten, analicen muy bien la realidad antes de decidirse a seguir semejante equivocación.

En una circular dirigida a los militantes de la FARC, Londoño, también conocido como Timochenko, sostuvo que el partido condena y se aparta de la vuelta a las armas.

En un video publicado el jueves pasado en redes sociales, 20 combatientes liderados por el ex número dos de la guerrilla, Iván Márquez, anunciaron su retorno a la lucha armada, con el argumento de la traición del Estado a los acuerdos firmados en noviembre de 2016 que condujeron al desarme del grueso de las desarticuladas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Sabemos que los que hoy se llaman jefes no van a hacer la guerra, que se quedarán del otro lado de la frontera (en Venezuela). El alzamiento armado no tiene futuro, advirtió Londoño en la misiva.

Entre los insurgentes que aparecen en las imágenes publicadas el jueves, armados y con carteles de las FARC, se encuentran también Jesús Santrich y Hernán Darío Velásquez, El Paisa, todos requeridos por la justicia colombiana por incumplimiento del acuerdo de paz.

El presidente colombiano, Iván Duque, desconoce el carácter de nueva guerrilla de los levantados en armas y ordenó una ofensiva contra lo que llamó “banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro” en Venezuela.

El pacto de paz entre la ex poderosa guerrilla comunista y la administración del ex presidente Juan Manuel Santos llevó al desarme de unos 7 mil combatientes.

El grueso de los ex guerrilleros se mantiene en la legalidad.