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Doce municipios perjudicados

Piden declarar emergencia en el campo de Chihuahua por sequía

Ganadería, agricultura y apicultura están en crisis, advierten dirigentes

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▲ Debido a la severa sequía que afecta gran parte de Zacatecas, autoridades agropecuarias han confirmado la pérdida de más de 270 mil hectáreas de cultivos y la muerte de un número indeterminado de cabezas de ganado. La imagen fue captada en la comunidad de El Maguey, unos 20 kilómetros al norte de la capital del estado.Foto Alfredo Valadez Rodríguez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 22 de agosto de 2019, p. 26

Ciudad Juárez, Chih., Agricultores y ganaderos afiliados a la Unión Ganadera Regional (UGR), así como alcaldes de al menos 12 municipios de Chihuahua solicitaron que se declare emergencia en la entidad, que, según la agrupación, pasa por la sequía más intensa de los 30 años recientes.

Entre los municipios afectados por el estiaje se encuentran Villa Ahumada, Coyame, Aldama, Buenaventura, Namiquipa, Santa Isabel, Belisario, Gran Morelos, Jiménez, Parral y Delicias.

Eduardo Prieto, presidente de la UGR en Chihuahua, explicó que en julio y agosto apenas ha llovido.

En tanto, el representante de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural en el distrito de Jiménez, Roberto Arturo Baca Perea, informó que la ganadería estatal atraviesa una crisis por la escasez de lluvias desde hace dos años.

Destacó que en 2017 cayeron en Jiménez 170 litros de agua de lluvia por metro cuadrado y el año pasado 70, pero el promedio anual en la demarcación era de casi 300.

Como los pastizales no se han regenerado, los ganaderos han tenido que complementar la alimentación de sus animales con forraje, que han aumentado de precio cerca del ciento por ciento.

Antes la paca de avena se conseguía a entre 30 y 40 pesos; ahora cuesta hasta 80, mientras la alfalfa, que costaba entre 60 y 70 pesos, se ha disparado hasta 120, explicó Baca Perea.

En tanto, los apicultores aseguraron que están atravesando la peor crisis en 30 años y que el sector se encuentra prácticamente paralizado, pues los han afectado la sequía y las variaciones climáticas, aunadas al abuso de agroquímicos.

Los apicultores deben alimentar cada 20 días a sus colmenas con una botella de dos litros de un jarabe que contiene agua con azúcar, además de fructuosa y las denominadas tortas de proteínas.

Los criadores más experimentados invierten en núcleos, es decir, compran abejas reinas para multiplicar sus cajas. La poca miel que producen la venden en penca, a fin de ganar un poco más.

Según los afectados, la actual crisis se equipara a la que padecieron en la llamada gran sequía de 1991, cuando la presa La Boquilla –ubicada en el municipio de San Francisco de Conchos– alcanzó su nivel más bajo: 17 por ciento.

La presa Parral (en el municipio del mismo nombre) estaba a 39 por ciento de su capacidad en julio y actualmente se halla apenas a 23 por ciento.