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México SA

Inversión foránea y el tío Lolo // Dólares de apenas 24 centavos

U

na buena y otra mala otra vez: la primera, que en el primer semestre de 2019 México captó inversión extranjera directa (IED) por poco más de 18 mil millones de dólares, 1.5 por ciento más que en igual periodo de 2018; la segunda, que, como siempre, se trata de una cuenta contablemente inflada y manipulada que no da cuenta de cuál fue el dinero real que llegó al país en un periodo determinado.

Se trata de una vieja práctica –los contadores son unos genios en estas artes– de gobiernos anteriores utilizada para abultar cifras y dar cuenta de la confianza y credibilidad que el gobernante en turno generaba entre los inversionistas foráneos, que al parecer la nueva administración cómodamente adoptó, por mucho que no corresponda a los hechos.

Si se desmenuza la cifra ayer divulgada por la Secretaría de Economía –responsable de la contabilidad, registro y demás de la IED– lo primero que pega en la cara es que por cada dólar cacareado como inversión extranjera directa que llegó a nuestro país, 76 centavos se generaron internamente, en la economía mexicana; es decir, fueron utilidades obtenidas aquí por inversionistas foráneos y reinvertidas por ellos mismos.

Así, de esos 18 mil millones y pico de dólares presumidos como IED apenas 4 mil 326 millones –en números cerrados– en realidad llegaron de afuera en el periodo de referencia, se inyectaron a la economía mexicana y deben ser contabilizados como nueva inversión foránea. El resto es floritura.

En el detalle, las cifras de la Secretaría de Economía revelan que de los 18 mil 102.4 millones de dólares de IED supuestamente captados por México entre enero y junio de 2019, 75.6 por ciento del total (13 mil 685 millones de dólares) no fue otra cosa que reinversión de utilidades; 0.5 (90.5 millones de billetes verdes) resultó de préstamos entre compañías, y 23.9 por ciento (4 mil 326 millones) fue producto, ese sí, de nuevas inversiones; es decir, de capital fresco, contante y sonante, proveniente del exterior.

Desmenuzado el numerito, entonces ¿qué queda de inversión extranjera directa? (la real). Poquito menos de 24 centavos de cada dólar de IED. El resto se generó aquí, en México, de tal suerte que lo único que tiene de inversión extranjera directa es que las ganancias reinvertidas pertenecen a un ente foráneo.

Cierto: la Secretaría de Economía indica que la metodología para determinar la IED se basa en estándares internacionales, pero ello no quita que el manejo de cifras es, por decirlo suave, una tomadura de pelo, y no de ahora, sino de muchos años atrás.

En el sexenio inmediato anterior, el del apanicado novio de Tania, el registro oficial presumía un acumulado por alrededor de 190 mil millones de dólares en IED… pero el saldo real (la inversión fresca) no fue mayor a una tercera parte de ese monto; el resto, reinversión de utilidades y cuentas entre compañías. Y en los gobiernos de Calderón, Fox, Zedillo y Salinas el balance fue similar.

Sucede, pues, y no sólo en México. Por ejemplo, la Cepal detalla que al analizar los diferentes componentes de la IED (en América Latina y el Caribe) se observa que la recuperación del dinamismo en 2018 no se fundamentó en el ingreso de aportes de capital (capital fresco proveniente del exterior), que sería la fuente más representativa del renovado interés de las empresas por instalarse en los países de la región, sino en el crecimiento de la reinversión de utilidades y de los ingresos por préstamos entre compañías. Estos últimos son difíciles de interpretar con una lógica de IED para el desarrollo, ya que son operaciones dentro de las empresas.

Entonces, como que ya es hora de reconsiderar la metodología con base en estándares internacionales, porque con dólares de 24 centavos no se llega lejos.

Las rebanadas del pastel

Si, como dicen, Monreal y Batres lo único que pretenden es favorecer a la patria, entonces que renuncien y, juntos, que se vayan a otra parte.

Twitter: @cafevega