Viajar en el Metro de la ciudad es toda una odisea, asegura Martha, quien todos los días lo utiliza a las 6 de la tarde.

Entre empujones y mentadas de madre entra al tren, sabe que si en el intento empuja a alguien es muy probable que le toque un golpe, pero eso no le importa: está cansada y lo que quiere después de un día pesado de trabajo es llegar a su casa.

En el andén de la estación Pino Suárez, la mujer –de aproximadamente 45 años– relata que ha vivido muchas situaciones en ese medio de transporte, pero que la experiencia más peligrosa la dejó asombrada y ocurrió en la estación Candelaria de la línea 1.

“Era miércoles y el Metro –como siempre– venía a reventar. Todas las mujeres estábamos cuerpo a cuerpo y eso provocó que los ánimos se calentaran con un ‘¡pendeja, hazte para allá!’ De pronto, el convoy se detuvo. Era difícil respirar entre el sudor y la hostilidad. Un jalón en todo el vagón hizo que todas empujáramos, ante eso, una mujer acompañada por otras dos comenzó a jalonear de los cabellos a una menor, quien junto con su amiga poco podía hacer para defenderse.

“Todas le pedimos que la soltara, le decíamos que era una niña, pero poco ayudó porque las otras dos mujeres comenzaron a golpearla y una de ellas, al sentirse amenazada, gritó: ‘¡sácale la punta!’, por lo que una mujer sacó de entre sus ropas un objeto afilado; de inmediato suplicamos que la guardara. Ante la desesperación una usuaria jaló la palanca de emergencia y la mujer escondió el objeto. Yo me bajé en la siguiente estación”.

Por esa situación, Martha ha sentido más peligro. Piensa que debería existir una sanción para las mujeres que empiezan las peleas, pues muchas veces abusan de que son mayores o están más maleadas para amedrentar o golpear.

De acuerdo con datos del propio Sistema de Transporte Colectivo, del 5 de diciembre de 2018 al 6 de agosto de este año se han registrado 108 riñas de mujeres, el mayor número de incidentes fue en el andén, con 66 casos, 19 dentro del vagón, siete en línea de torniquetes, seis en accesos y seis en pasillos, principalmente. Por esos hechos, 66 terminaron en el juzgado cívico, seis ante el Ministerio Público y 36 en conciliación de acuerdo.

La línea 1 es la que registra el mayor número de incidentes, seguida por la 9, así como de la 2 y 3.