Matamoros, Tamps., Organizaciones religiosas y ciudadanas de Matamoros se han encargado de ofrecer alimento a los migrantes que esperan asilo político de Estados Unidos.

Se trata de apoyar a centroamericanos que junto a sus hijos esperan el momento de presentar sus peticiones de asilo, y que por carecer de recursos permanecen en un campamento instalado a unos metros del puente Nuevo Internacional, que comunica a Matamoros con Brownsville, Texas.

Enrique Maciel, delegado del Instituto Tamaulipeco del Migrante, reconoció que no hay recursos para alimentar al grupo de extranjeros y que puede llegar a ser de entre 300 y 500. Hay mucha ayuda por parte de organizaciones religiosas que les traen comida, ropa y artículos para su higiene personal. Sabemos que es complicada la estadía de los que siguen aquí, porque en el caso de los retornados tenemos documentado que se han organizado para buscar trabajo, rentar casas o permanecen en hoteles, dijo.

El funcionario estatal mostró listas pegadas en los cristales del puente internacional, en las cuales aparecen hasta este fin de semana 2 mil 605 nombres apuntados: son los solicitantes de asilo humanitario a Estados Unidos.

En espera

Ya no todos están aquí, muchos han pasado, otros los han retornado y se estima que son mil 300 los que faltan de presentar documentos, por eso los vemos aquí esperando a ser llamados. En promedio se está atendiendo a 15 personas diarias, lo que es un avance porque antes pasaban dos o tres familias a la semana, comentó.

Hasta el campamento, que se encuentra vigilado por la Guardia Nacional en aras de evitar que los migrantes corran hacia el río Bravo y expongan su vida y la de sus hijos cruzando a nado hacia Brownsville, arriban miembros de iglesias cristianas, quienes distribuyen alimentos entre adultos y niños, a los que en algunos casos llevan también ropa y artículos de higiene personal.

Los migrantes se han organizado para recibir la ayuda de religiosos, que a falta de apoyo oficial por parte de los tres niveles de gobierno les permiten subsistir en lo que se llega el momento de sus citas ante funcionarios del país vecino.