Opinión
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Arte y tiempo

Maduras, solteras y desesperadas

L

a sociedad moderna permite que, sin maledicencias, tres mujeres solteras de edad madura puedan vivir juntas en un departamento que, a su vez, les renta una cuarta, igualmente sin pareja, pero cinco minutos más joven que sus inquilinas. De la necesidad que estas mujeres sienten por tener una pareja trata la ¿comedia? Maduras, Solteras y Desesperadas de Óscar Rubí, montada en el Teatro Xola Julio Prieto.

El tema pudiera no ser banal puesto que el ritmo y condiciones de la vida actual produce fenómenos que antes se desconocían, uno de estos es la permisividad y facilidad del divorcio, y la autosuficiencia lograda por las mujeres, lo que les permite realizar su vida por sí mismas y no tener que permanecer sujetas a un matrimonio no deseado. Cantidad de mujeres maduras, solteras y autosuficientes (inteligentes hay que agregar), para nada están desesperadas y, si bien es cierto que desean un compañero, lo eligen cuidadosamente y para nada tiene que ser el primero que llega a la puer-ta o se les atraviesa en el camino.

Este segmento femenino de solteras es real, existe y no es tan pequeño como alguien pudiera pensar. El tomarlo, entonces, para hacer sobre él una obra de teatro, pudiera resultar muy interesante e ilustrativo. La cuestión, pues, es el tratamiento que al tema se le dé.

En este caso, el autor optó por la frivolidad y su narración va encaminada hacia la justificación del título, sus mujeres no sólo son maduras y solteras sino que están desesperadas por, literalmente, conseguir un hombre, un macho de la especie, un semental.

No dudo que este tipo de mujer exista, como también su equivalente masculino, sin embargo, también existe el otro y creo que es mayoritario, el de las mujeres que, con criterio e inteligencia labran su propio camino y cuyo objetivo central en la vida no es apresar un semental.

Pero éstas no son consideraciones que preocupen al autor, el va a lo primario, a la epidermis, a la conquista (lo que consigue, hay que admitirlo) de la risa fácil, del chiste predecible y el albur blando.

Aunado a esto el autor, que es también el director y productor, se permite en un par de momentos lanzar mensajes de reflexión y profundidad como, palabras más o menos, no estamos solas, nos tenemos las unas a las otras, lo más valioso es la amistad.

La puesta en escena es correspondiente al texto y en ella participan las muy experimentadas Luz María Aguilar, Norma Lazareno, quien logra el mejor momento de todo el montaje al bailar mambo, y Raquel Pankowsky, a las cuales confieso tenía tiempo de no ver sobre el escenario, y la cinco minutos menos experimentada en teatro, Maribel Fernández. El galanazo objeto de los deseos de las tres desesperadas es Rafael Nieves, a quien no recuerdo de nada anterior.

Estas féminas con las que algunas otras se sentirán identificadas pero creo que la mayoría no, exponen sus deseos de jueves a domingo en los horarios de costumbre.