Opinión
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Ciudad perdida

Oro Negro, emblema de corrupción

E

l caso Oro Negro por el que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México solicitó la captura de un hijo y un sobrino de Francisco Gil Díaz, secretario de Hacienda en el gobierno de Vicente Fox, va mucho más allá de las especulaciones políticas que pudieran levantarse, porque involucran 500 millones de dólares que la aseguradora Axis, de Citibanamex, tomó de las afores de muchos mexicanos.

Aunque se ha dicho que esa inversión no sufrió daño alguno en la empresa –hoy en quiebra–, lo cierto es que el uso de los fondos de retiro que maneja en su mayoría la banca del país han estado constantemente en peligro por el abuso o los malos cálculos de los empresario que los manejan.

El caso Oro Negro, que apenas empieza, ya ha dado mucho de qué hablar. La posible conexión de Gonzalo Gil White, hijo del ex secretario, y de José Antonio Cañedo White, sobrino, con Emilio Lozoya, quien les proporcionó los más importante contratos, se complica, además porque otro miembro de la familia Gil, en este caso Carlos Morales Gil, detentó de 2004 a 2014 el más alto cargo en Pemex Exploración y Producción. Hoy este personaje trabaja en Petrobal, empresa cuyo dueño es Enrique Baillères.

Oro Negro es hoy, de muchas formas, el símbolo de lo ocurrido el sexenio pasado. Oro negro es el barco insignia de la reforma energética y su quiebra, por los motivos que sean –unos hablan del despilfarro de los capitales en manos de sus principales administradores, mientras otros señalan a la corrupción en Pemex como el factor que detonó el hundimiento de la empresa– ha añadido otra laja al muy pesado fardo que tiene que cargar el gobierno actual.

Y aunque todos los días las plañideras de la corrupción añoren lo que sucedía en el periodo anterior, lo cierto es que poco a poco se han ido desmontando las costras acumuladas, y eso les alarma, les llena de la incertidumbre que obliga a trabajar bajo un régimen de honestidad.

Falta mucho para culminar la tarea, y los ataques y la diatriba serán el eje de la ofensiva de los que vivían mejor en el cochinero. Oro Negro, la empresa que también está en la agenda de investigaciones de la Fiscalía General de la República, podría ejemplificar la lucha en la que la vara de la no corrupción pretende medir a este gobierno y todo lo que tenga que ver con él.

Muy pronto la Fiscalía General de la República también pondrá en la mesa de los juicios y en las manos de la opinión pública la información que se ha recabado durante esta gestión, y los datos sanos que se tienen por las investigaciones inconclusas realizadas el sexenio pasado. Espérelos, traen sorpresas.

De pasadita

Frente al número 12 de la calle Ámsterdam, en la colonia Condesa, los policías de tránsito –con uniforme puesto– alquilados por la empresa de parquímetros se reúnen todos los días a descansar luego del arduo trabajo y se han convertido en una fuerza contemplativa de las muchas irregularidades que ocurren en esa parte de la zona.

Lo uniformados de azul y amarillo que montan bicicletas, miran constantemente que los usuarios de bicicletas, monopatines, patinetas y otros bichos de ese tipo circulan sobre las banquetas, en sentido contrario, sin cascos protectores… en fin, como se les da la gana, y a eso se añade que ahora son incapaces de llamar la atención, cuando menos a los choferes de las empresas que se estacionan donde mejor les acomoda.

Está muy claro que tanto al secretario de patines, es decir, de Movilidad, y al de Seguridad Ciudadana, les importa un carajo lo que sucede con los uniformados. Y es que eso es lo peor, el uniforme que portan los identifica como servidores públicos, pero no, son empleados de una empresa y las quejas vecinales simplemente las mandan a paseo. Qué bueno que portan el uniforma de policías. Así sí van a cambiar las cosas.