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Las fronteras
Donald Trump canta victoria en una crisis bilateral inexistente

Presume que México importará más productos // No hay reciprocidad: analista

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▲ Mexicanos de ambos lados de la frontera en Baja California apoyaron al mandatario.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 9 de junio de 2019, p. 5

Washington, EU., Donald Trump cantó victoria hoy en su juego con México, por el que generó una crisis bilateral inexistente que obligó a una negociación de emergencia, y acabó con un triunfo político para él, todo a costa de un país amigo.

México se esforzará mucho, y si hacen eso, este será un acuerdo muy exitoso entre Estados Unidos y México, declaró Trump en un tuit la mañana del sábado. Todos muy entusiasmados por el nuevo acuerdo con México, agregó.

A la vez, en otro mensaje, escribió: me gustaría dar las gracias al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y a su ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard junto con todos los equipos de ambos países por trabajar tan largo y duro para completar nuestros acuerdos sobre migración.

Su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, comentó que su gobierno espera que esto arreglará el problema migratorio pero advirtió que Trump se reserva la autoridad para imponer los aranceles si México no cumple con el acuerdo, reportó Reuters.

Este tipo de negociación es un truco que ha repetido Trump al llegar a la Casa Blanca, y aunque los problemas que él califica de emergencias e invasiones, pero que son más bien, en su frase favorita, fake news, las consecuencias son reales.

Aunque el acuerdo con México no tiene nuevos contenidos en sí –las medidas ya existían y de hecho habían sido hasta consultadas entre ambos países hace meses– obliga a México a acelerar el despliegue de la Guardia Nacional para funcionar en la zona fronteriza con Guatemala como una fuerza dedicada al control de migrantes, algo que Trump resaltó en un tuit afirmando que habrá 6 mil agentes en la frontera sur de México. A la vez, el acuerdo amplía la capacidad de Estados Unidos de deportar, en efecto, a México a todo solicitante de asilo de otros países a lo largo de toda su frontera sin límite de números (no se establece ningún tope o cuota). Actualmente hay más de 10 mil solicitantes de asilo en territorio nacional bajo el programa conocido como Permanece en México, cuya legalidad se disputa en tribunales.

Más aún, el convenio permite que el régimen de Trump repita toda esta hazaña dentro de 90 días, o sea, legitima que declare que México no está cumpliendo con sus demandas y que tiene que hacer más, sin imponer ninguna condición o demanda sobre Estados Unidos.

Trump ganó, considera José Pertierra, abogado en Washington especializado en migración. Ganó al obligar a que México pague por 6 mil agentes en la frontera sur para convertirlos en la patrulla fronteriza estadunidense. Ganó por desestimular el litigio de asilo en Estados Unidos obligando a los refugiados a pasarse meses, si no es que años, en campos de refugiados en México mientras esperan la resolución de sus casos, y está logrando cambiar radicalmente las leyes de asilo en Estados Unidos para que al final de la odisea de los refugiados se enteren de que perdieron sus casos. Ganó.

Trump también anunció como un triunfo, aunque no se aborda en ninguna declaración oficial pública, que México ha acordado que empezará de inmediato a comprar grandes cantidades de productos agrarios de nuestros grandes granjeros patriotas, un sector que ha sido adversamente afectado por su guerra comercial contra China.

Nunca se sabrá si Trump cree que el acuerdo funcionará en reducir el flujo migratorio, pero el consenso entre comentaristas y analistas aquí es que sí sirve, y de inmediato, como un triunfo político para sus fines electorales. A la vez, alivió la confrontación pública con sectores económicos poderosos dentro y fuera del país, con legisladores e incluso entre sus propios asesores.

Aunque los negociadores mexicanos calificaron como un triunfo el que no aceptaron acordar funcionar como un tercer país seguro, y obligar a Washington a refrendar su compromiso con la iniciativa mexicana de promover el desarrollo regional en Centroamérica, algunos comentaristas calificaron que las pláticas parecían más a una negociación con chantajistas. Por lo tanto, queda la duda: ¿es un acuerdo bilateral?, ¿o unilateral?