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Pollak: el MAM no puede sólo exhibir sin tener un diálogo con la comunidad

El recinto es un ente orgánico; debe generar reflexión de las rejas hacia afuera, afirma su nueva directora

 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de junio de 2019, p. 6

La historiadora del arte Natalia Pollak, nueva directora del Museo de Arte Moderno (MAM), donde ya había trabajado en dos ocasiones, comenta que encontró el recinto un poco aislado, muy metido en sus exposiciones, con poco diálogo hacia afuera, con lo que pasa en la comunidad.

Entrevistada en su oficina con vista a la avenida Paseo de la Reforma, Pollak expresa la necesidad de empezar a platicar de las rejas para afuera, no hacia adentro. Las actividades educativas, es decir, el programa público, estaban muy enfocadas a un público infantil o familiar, que está bien. Sin embargo, tenemos que tener un diálogo con los jóvenes, con asociaciones, activistas, colectivos, con la comunidad en general.

Recibió el MAM como un lugar de exhibición, un espacio que tiene exposiciones con curadurías externas. También lo encontró sin una jefatura de curaduría, de allí que invitó al académico Carlos Molina a desempeñarse de curador en jefe. Asimismo, invitó a otra curadora, Jimena Acosta, para encargarse de un programa público.

Pollak percibe al MAM como un espacio orgánico en el que, más allá de las cuatro salas de exposición, tienen que suceder diálogos, encuentros y reflexiones.

Para referirse a la creación de público joven, Pollak habló del programa Bosque Sonoro, que se inició en la administración pasada, y que consiste en piezas de audio de intervención que se transmitirán por la alternativa Radio Nopal, ubicada en la colonia San Rafael.

Por supuesto, dijo, hay que revisar y hacer nuevas lecturas de la colección permanente desde otras perspectivas, así como una curaduría generada dentro del museo, con un equipo de investigación y con colaboraciones de cocuraduría. No que sea el curador invitado que viene, monta su exposición y nada más, sino que pasen cosas, que haya un programa público paralelo.

Más allá de las cuatro salas de exhibición están la Fernando Gamboa, la cúpula del museo y el jardín de un hectárea, donde queremos trabajar un laboratorio de huerto urbano. Encontré que cae mucha agua que viene de diferentes mantos subterráneos; entonces, la estamos captando para regar el jardín. El museo es un ser vivo, orgánico, tenemos que empezar a pensarlo como tal y ser sustentables con nuestro propio espacio.

Al rescate de su memoria

De regreso al MAM, Pollak también encontró 260 cajas de un archivo histórico no clasificado. Hace un lustro, cuando el recinto cumplió 50 años, “se inició una muy buena investigación para la que sacaron de algunas bodegas el archivo histórico del museo.

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▲ Natalia Pollak dio a conocer en entrevista la inauguración de Territorios de la memoria, 1985-2019, el 7 de junio.Foto Jesús Villaseca

“Me importa rescatar la memoria del museo per se, más allá de sus exposiciones y su colección. Hemos empezado la catalogación para tener clasificado y ordenado este material que va a ser de consulta para investigadores.”

Hay una propuesta para trabajar con alumnos de posgrado en el sentido de impartir en el MAM una materia que generaría investigación y curaduría con validez curricular.

–Al abrir sus puertas en 1964, el MAM exhibía el arte de su momento. ¿Cómo se entiende el papel del museo frente al arte de hoy?

–Tenemos que asumir desde nuestra contemporaneidad como vemos esta parte moderna del acervo.

No es que nos vayamos a convertir en un museo de arte contemporáneo; sin embargo, tenemos que dialogar con los que están creando y reflexionando, cómo vemos desde la actualidad.

Territorios de la memoria, 1985-2019 se titula la exposición colectiva que el MAM inaugurará el 7 de junio. Gestionada desde la administración pasada, cuando Pollak y su equipo llegaron al museo, tuvimos muchas sesiones de reflexión entre el área de curaduría y el curador invitado, José Manuel Springer.

La muestra comprende obra de 52 artistas vivos del periodo en cuestión, muchos de los que han hecho una pieza in situ ex profeso. Es una exposición fuerte, contundente, que habla de temas de desplazamiento y desapariciones. No podemos sólo exhibir esto sin tener un diálogo con lo que pasa en México. Tendremos talleres con los propios artistas, con el grupo Eureka, e invitamos a Batallón Rojo, un grupo de madres de desaparecidos que hacen protestas de bordado. Más allá de la experiencia del visitante con la exposición, éste tendrá vivencias con los artistas o activistas.

Otras exposiciones programadas para 2019 son una colaboración para octubre que el MAM viene haciendo con Design Week, muestra del Grupo Cobra para noviembre, y para fin de año una revisión de la colección permanente desde una perspectiva sicoanalítica que se trabaja con las hijas de Teresa del Conde (1935-2017), quien dirigió el MAM durante nueve años.

Aunque se piensa que las exposiciones colectivas pueden ser mucho más fuertes para explicar un periodo de transformación o una producción visual específica, Pollak dice que tampoco estamos cerrados a reconocer la trayectoria individual de artistas vivos.