Los centros de salud son el primer punto de contacto de los enfermos, donde debería resolverse 80 por ciento de sus afecciones, pero en los ocho estados definidos por el gobierno federal como prioritarios, menos de la mitad cuenta con agua potable, drenaje y energía eléctrica.

Estas carencias son más graves en zonas indígenas, donde apenas 14 por ciento de las clínicas dispone de esos tres servicios básicos. Así lo revela el análisis y censo realizado por la Secretaría de Salud (Ssa).

Otras deficiencias que señala el documento son daños estructurales por falta de mantenimiento o desastres naturales, que afectan a la mayoría de los establecimientos de primer nivel, así como carencia de personal e instrumental médico, entre otros.

La apuesta de la actual administración por un programa de servicios y medicamentos gratuitos enfrenta una gama de retos como los mencionados, los cuales se identificaron mediante un censo que está en levantamiento con apoyo de una plataforma digital, la cual consta de 850 variables para el primer nivel de atención y de mil 300 para el segundo y tercero, es decir, para hospitales generales y de alta especialidad.

Hasta ahora se tiene la información completa de la situación en Veracruz, Tabasco y Chiapas, donde también se hicieron visitas de campo de personal de la Subsecretaría de Integración y Desarrollo en Salud. Está pendiente inspeccionar Oaxaca, así como completar el censo en Quintana Roo, Campeche, Guerrero y Yucatán.

Del análisis del censo y la evaluación de la visita de campo, la dependencia federal estima que sólo para dignificar los servicios en Chiapas se requieren 750 millones de pesos y 500 millones para Veracruz.

La Subsecretaría de Integración y Desarrollo en Salud –a cargo de Asa Cristina Laurell–, responsable del censo y las visitas, planea iniciar con acciones para dotar de lo indispensable a los centros de salud, como hacer tareas de mantenimiento y dotarlos de equipos e instrumental, pues en varios no hay equipos para medir la presión arterial ni termómetros.

Sólo en Veracruz, donde hay 738 centros de salud, se requieren mil 185 botiquines de urgencias, 465 básculas, 531 lavabos y 217 áreas de exploración, entre otros.

Respecto de los servicios básicos, se prevé la participación activa de los municipios, de los que depende la solución de esta carencia; no obstante, se reconoce que en muchos casos las localidades son tan pequeñas que no cuentan con el dinero para hacer frente a las necesidades. De ahí que las alternativas de solución deberán encontrarse en colaboraciones intersectoriales. La mayor carencia es el drenaje para casi la mitad de los centros de salud de las cuatro entidades, acerca de las cuales ya se tiene información completa.

Al panorama anterior se agregan daños estructurales en los inmuebles, los cuales se atribuyen a factores como la falta de mantenimiento y desastres naturales. En conjunto, una tercera parte de los centros de salud reportan deterioros mínimos.

En Veracruz, en promedio, 56 por ciento de las unidades de primer nivel presenta daños de moderados a severos; en Tabasco, 49 por ciento; en Chiapas, 35 por ciento, y en Oaxaca, 27 por ciento. En esta última destacan las clínicas de la región del Istmo, donde 51 por ciento de las unidades médicas reporta afectaciones de moderadas a severas, mientras en la Mixteca el porcentaje es 48.

Sobre las necesidades de personal médico, Salud ha encontrado diferentes circunstancias, pues en algunos centros se cuenta con médicos adscritos, en otros sólo hay pasantes en servicio social y en otros, las enfermeras son las responsables de brindar la atención a los pacientes.

La solución en este rubro pasa por atender el problema de las plazas precarias, de los trabajadores que prestan servicios de salud, pero carecen de salarios equivalentes y prestaciones de las que goza el personal de base y que, de acuerdo con estimaciones oficiales, se trata de 80 mil empleados