En la actualidad, entre 70 y 80 por ciento de los archivos de todo el país está en muy malas condiciones, pudriéndose en tapancos, debido a la falta de interés de las autoridades de todos los niveles por conservar la memoria escrita de la nación, alertó el director del Archivo General de la Nación (AGN), Carlos Enrique Ruiz Abreu.

Al participar en la primera sesión ordinaria del año del Sistema Nacional de Transparencia (SNT), el experto señaló que sólo en Zacatecas y Durango han armonizado sus legislaciones con la Ley General de Archivos –la cual entra en vigor en junio de este año–, y subrayó que urge homologar los criterios de todas las entidades para clasificar y dar a conocer información.

A decir de Ruiz Abreu, hay algunas entidades que han hecho mayores avances en la armonización de sus leyes locales con la norma general, como los estados de México, Jalisco y Zacatecas, aunque la mayoría tienen un manejo muy deficiente de su acervo archivístico.

En 70 u 80 por ciento de los archivos de la República están en muy malas condiciones, porque no nos hemos preocupado por conservar nuestra memoria. Nuestro problema es que tanto las autoridades como el pueblo no estamos acostumbrados a preservarla: la abandonamos, lamentó.

Elude decir quiénes fallan

Ruiz Abreu se negó a mencionar cuáles son los estados que han realizado menos avances en este terreno, pero señaló que el rezago se encuentra mayoritariamente en el nivel de los municipios, por lo que el AGN y el Instituto Nacional de Transparencia se han abocado a dar cursos de capacitación para los funcionarios encargados de estos temas.

Sobre la falta de capacidades de manejo de expedientes históricos, dijo, el propio AGN no le ha dado trámite a 4 mil 971 bajas documentales, y del total de los legajos en su poder, sólo 25 por ciento de ellos está debidamente descrito y ordenado.

Por su parte, José Guadalupe Luna, coordinador de la comisión de archivos del SNT, delineó algunos de los principales problemas de los archivos en los estados, entre ellos el manejo deficiente de los expedientes de conservación y la falta de criterios homologados para ordenar la información.