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Detective holandés considerado ‘‘el Indiana Jones del arte’’ recupera un Picasso robado a un jeque

La obra Portrait de Dora Maar, 1938, del artista malagueño, fue sustraída hace 20 años de un yate anclado en Antibes, Riviera francesa // Está valuado en 28 millones de dólares

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▲ Arthur Brand, en su casa de Ámsterdam, al lado del Picasso robado, Portrait de Dora Maar, 1938, obra también conocida como Buste de Femme (Dora Maar). El detective holandés relató a la prensa cómo rastreó y rescató tan valioso cuadro hurtado del yate del multimillonario saudita Abdul Mohsen Abdulmalik Al Sheik.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de marzo de 2019, p. 4

La Haya/Ámsterdam. Un detective holandés llamado el ‘‘Indiana Jones del arte’’ volvió a mostrar su talento al hallar una pintura de Pablo Picasso estimada en 25 millones de euros (28 millones de dólares) y que fue robada en 1999 del yate de un jeque saudita en la Riviera francesa.

Arthur Brand dijo que a comienzos de marzo entregó a una compañía de seguros la obra de 1938 Portrait de Dora Maar, también conocida como Buste de Femme (Dora Maar).

El descubrimiento del raro retrato de Maar –una de las más influyentes figuras femeninas en la obra de Picasso– fue el punto alto de una investigación de cuatro años sobre el robo en el yate Coral Island cuando estaba anclado en Antibes.

Dos décadas después del robo y sin ninguna pista, la policía francesa parecía resignada, y el retrato que podía verse en la casa de Picasso hasta su muerte en 1973 parecía perdido para siempre.

Pero luego de seguir durante cuatro años una pista que lo condujo por el submundo criminal holandés, dos intermediarios se presentaron en la oficina de Brand hace 10 días con el famoso retrato.

‘‘Ellos traían la pintura, que ahora está valuada en unos 25 millones de euros, envuelta en una sábana y en una bolsa negra de residuos’’, dijo Brand.

‘‘Sabes que es un Picasso porque hay algo mágico que sale de él’’, manifestó.

Pero esa no fue la única razón por la que quedó convencido de su autenticidad.

En casos de arte robado, explicó, el dorso de la pintura puede decirles a los expertos más que el frente.

Dijo que desde su robo de un yate anclado en el lujoso puerto de Antibes en la Riviera francesa, un número de falsificaciones habían sido ofrecidas a aseguradoras, y rechazadas.

Drogas y armas

‘‘Un falsificador nunca sabe cómo luce el dorso’’, sostuvo Brand, sin especificar lo que había. ‘‘Cuando vi la parte trasera de la pintura, supe que era la verdadera.

‘‘Finalmente, rastreé a alguien que la había tenido en su posesión hace 10 años y él me dijo cuál era’’, contó.

‘‘Y entonces todavía me tomó tres años acercarme a ella.’’

Se trata de un nuevo éxito de Brand, quien el año pasado ocupó las portadas de diarios en el mundo al hallar y devolver a Chipre un mosaico de mil 600 años de antigüedad. En 2015 ya se había tornado célebre al hallar los famosos ‘‘caballos de Hitler’’, dos estatuas de bronce del artista nazi Joseph Thorak.

El robo del retrato pintado por Picasso (1881-1973), entonces valuado en unos 7 millones de dólares, tomó de sorpresa a la policía francesa, pero obligó a los multimillonarios a mejorar la seguridad de los yates.

En 2015 Brand recibió informaciones de que ‘‘un Picasso robado de un yate’’ estaba circulando en Holanda, aunque ‘‘en ese momento no sabía exactamente’’ de cuál obra se trataba.

Esa pintura en realidad había caído en el circuito criminal, donde circuló durante varios años como garantía de pagos, ‘‘aparecía aquí en un negocio de drogas, años más tarde en un negocio de armas’’, dijo el detective.

Desde el robo, la obra cambió de manos ‘‘una decena de veces’’, y eso despertaba temores sobre el estado de la pintura.

Fueron necesarios varios años y algunas pistas falsas hasta que pudo determinar que era el Picasso robado del yate del multimillonario saudita Abdul Mohsen Abdulmalik Al Sheik.

Brand hizo correr la voz en el submundo holandés sobre su interés en el Buste de Femme Dora Maar y a comienzos de este marzo tuvo éxito.

‘‘Dos representantes de un empresario holandés me contactaron, diciendo que su cliente tenía la pintura’’, relató.

Según sus informaciones, ese empresario ‘‘pensó que el Picasso era parte de un negocio legítimo. Resulta que el negocio fue realmente legítimo, pero el método de pago no lo fue’’, sostuvo Brand.

De inmediato alertó a las policías de Holanda y Francia. Las autoridades francesas ya habían cerrado el caso y ante la actual situación adelantaron que no procesarán al empresario y actual propietario de la obra.

De acuerdo con Brand, era necesario actuar rápidamente para evitar que la obra vuelva de desaparecer. ‘‘Dije a esos intermediarios: ‘es ahora o nunca, porque la pintura probablemente está en mal estado. Tenemos que actuar tan rápido como podamos’’’.

Martin Finkelnberg, jefe del equipo encargado de arte y antigüedades de la policía nacional holandesa, recibió con beneplácito la recuperación, aunque no se ha hecho ningún arresto.

Finkelnberg dijo al diario De Volkskrant que tener una pintura como esa puede ser una carga y entregarla a Brand una salida.

‘‘Listo. Todos felices’’, celebró. ‘‘Lo más importante es que la obra está de vuelta’’.

En mi pared

Finalmente, hace poco más de una semana, Arthur Brand abrió la puerta de su modesto apartamento en la capital holandesa, y allí estaban los dos intermediarios con la obra. ‘‘Colgué el Picasso en mi pared durante una noche, y así convertí a mi apartamento en uno de los más caros de Ámsterdam por un día’’, dijo Brand entre carcajadas.

Al día siguiente, un experto en el artista malagueño de la galería Pace en Nueva York voló a Ámsterdam para verificar la autenticidad en un lugar seguro.

También estaba presente el detective británico Dick Ellis, fundador del escuadrón de Scotland Yard sobre arte y antigüedades, quien viajó en representación de una compañía de seguros no identificada.

‘‘No hay duda de que es el Picasso robado’’, dijo Ellis.

Ellis es famoso por haber recuperado varias obras robadas, incluso El grito, de Edvard Munch, llevado de la Galería Nacional de Noruega en 1994.

El retrato de Picasso está ahora en manos de una compañía de seguros, la que decidirá los próximos pasos, explicaron Brand y Ellis.