16 de marzo de 2019     Número 138

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Huexca: energía y pueblos originarios

Luchar por la vida en tierras zapatistas
en los tiempos del extractivismo


Samir Flores, opositor del PIM, asesinado días antes de la consulta de los días 23 y 24 de febrero. movimiento PoR la libeRtad de los defensoRes del agua y de la vida de tlanixco

Samantha César Vargas

Luchar por la vida ante el avasallante avance del extractivismo en los territorios de los pueblos indígenas en México es una posición
anticapitalista, de extremo amor a la madre tierra y a la humanidad. Es un
acto de dignidad y desobediencia ante un sistema que se ha repartido los territorios habitados milenariamente por los pueblos originarios, pueblos
a los que ahora los grandes capitales, con la complicidad del Estado, pretenden despojar para su explotación intensiva y extensiva con grave impacto en el medio ambiente a través de minas, hidroeléctricas, fracking, gasoductos, autopistas, proyectos turísticos, entre otros.

Luchar por la vida en los pueblos de las faldas del volcán Popocatépetl significa defender nuestros territorios ante la amenaza del Proyecto Integral Morelos, integrado por un gasoducto de 160 km dentro del mapa de riesgo volcánico que atraviesa Tlaxcala, Puebla y Morelos, un acueducto en el río Cuautla y dos termoeléctricas en Huexca, Morelos. Significa detener los riesgos sísmicos y volcánicos, ante explosiones y accidentes en las poblaciones cercanas al gasoducto, evitar dañar el medio ambiente por la contaminación de aire y tierra por los óxidos de nitrógeno que emitirán las termoeléctricas que provocarán lluvia ácida y daño en los cultivos, evitar la contaminación del agua por los metales usados en el enfriamiento de las turbinas de las termoeléctricas y que pretenden desechar en el río Cuautla. Significa oponerse a sufrir enfermedades respiratorias y daños auditivos causados por las termoeléctricas.

Luchar por la vida campesina significa defender el derecho a decidir en nuestros territorios como lo estipulan convenios internaciones en materia de derechos humanos de los pueblos indígenas. Luchar por la vida campesina en tierra zapatista significa asumir la responsabilidad de defender aquello por lo que murieron nuestros abuelos, defender las tierras, los montes y las aguas. Defender por lo que vivimos nosotras y nosotros como campesinos, defender el futuro de los pueblos campesinos, de vivir en un futuro que el sistema capitalista nos está negando y arrebatando. Luchar con todos los medios, con amparos, con información, con radios comunitarias, con asambleas, con marchas, campamentos, a través de las redes sociales, de denuncias nacionales e internacionales, con quejas a organismos de derechos humanos.

Hace cien años muchos pueblos lucharon por la vida campesina, por el derecho a decidir sobre sus territorios, por tener la tierra y el agua para sembrar y la tranquilidad para vivir. Hoy, cien años después, estos mismos pueblos otra vez han mirado de frente y con dignidad han decidido defender sus territorios, seguir siendo campesinos, no vivir con el permanente riesgo de morir por una explosión, no enfermarse, tener agua para sembrar, decidir qué futuro quieren.


FPDTA. Miguel Tovar

Hoy, como hace cien años, los pueblos han vivido la traición de Madero y Guajardo, con otros nombres, con otros rostros, pero con las mismas estrategias de mentiras, violencia y servilismo a la mafia del poder que en otros tiempos tanto criticaban. Hoy como hace cien años nos han asesinado a un compañero que no tuvo miedo a hablar, cuestionar y hacer reflexionar a muchas y a muchos. Samir Flores Soberanes, pequeño de estatura, grande en dignidad, nos lo enseñó con el ejemplo y le costó la vida al ser asesinado el 20 de febrero en su domicilio.

Hoy como hace cien años, bajo el discurso del progreso, desarrollo y democracia se impone la injusticia. Utilizando la simulación de democracia a través de una consulta ilegal, con manejo tendencioso de la información, con la maquinaria de Morena a la vieja usanza priista de acarreamiento, con el uso de la fuerza pública para resguardar urnas manchadas de la sangre de Samir, urnas llenas de votos basados en promesas de pagar bajas tarifas de luz y de un desarrollo que no será para nuestros pueblos. Una vez más el pueblo traicionado por el mismo presidente que olvidó la promesa que hizo en 2014 de detener este proyecto.

Luchar por la vida significa enfrentarse a la violencia cómplice del Estado al servicio de los grandes capitales nacionales y extranjeros; es un acto de extremo riesgo para las y los que hemos decidido levantar los ojos y alzar la voz. Luchar por la vida en tiempos obradoristas significa ser tachado de izquierdista radical conservador, de atentar contra la cuarta transformación, de ser señalados con discursos de odio, de acusarnos de estar con la derecha, de sospechosismos que buscan criminalizarnos e imputarnos responsabilidades a los compañeros de lucha de Samir por su asesinato. Así este mundo al revés (como siempre decía Samir en su noticiero) en donde quienes luchan por la vida son avasallados por la muerte.


Habitante de Amilcingo, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra y el Agua, Morelos, Puebla y Tlaxcala

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