16 de marzo de 2019     Número 138

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

“Agradezcamos a los caciques
que nos hicieron organizarnos”

Leticia Vázquez Esteban

Este texto fue leído por Leticia Vázquez Esteban, el pasado 24 de febrero, durante la presentación del libro ¡Somos Tosepan! 40 años haciendo camino, escrito por Rosario Cobo, Lorena Paz Paredes y Armando Bartra.

Buenas tardes a todas y a todos. Mi nombre es Leticia Vázquez Esteban, tengo 20 años, soy de la comunidad de Cuahutapanaloyan y estoy estudiando en la universidad la licenciatura en Desarrollo Sustentable. También me gustaría en esta parte decirles que soy nieta e hija de cooperativistas, por lo tanto soy tercera generación cooperativista en mi familia. Mi abuelo murió siendo cooperativista y mi abuela y mi mamá lo siguen siendo.

Quiero decirles que es un honor para mí estar aquí con ustedes. Le agradezco a la actual mesa directiva por confiar en mi e invitarme a participar en este 42 aniversario de la cooperativa Tosepan. Ahora bien, voy a compartirles algunas reflexiones que escribí: hace unas semanas me pidieron que dirigiera algunas palabras en este aniversario. Me recomendaron leer el libro “Somos Tosepan” para apoyarme en él y transmitirles este mensaje. Me puse muy feliz porque vi en ello la oportunidad de compartir mis pensamientos con ustedes. Después... cuando intentaba escribir me preguntaba -¿qué es lo les puedo decir o aportar YO?, -yo Leticia, si con trabajo puedo conmigo misma. -Bueno, pues resulta que si tengo cosas que contarles y estas son un par de experiencias de las que quiero hablar hoy. Voy a contarles un poquito de lo mucho que he aprendido en Tosepan.

Aquí he conocido a personas extraordinarias. He estado con algunos de ustedes, he caminado a su lado, los he escuchado, he comido en su mesa, les he estrechado la mano, ¡los he visto vivir!  Me han enseñado que las piedras no son obstáculo; son material para una terraza de café, que la lluvia no es mal tiempo si no vida para las plantas, que la víbora no es asesina si no la que cuida el maíz, que la abeja no es un insecto que muerde si no una dadora de vida. Ustedes son mi universidad, han sido mis maestros, los que me han educado.

Ahora escuchen:

Creatividad, frescura, inquietud, vigor, vivacidad, pureza, actualidad, fertilidad, novedad…son algunos sinónimos de juventud.

Y drogadicción, delincuencia, abortos, suicidios también son algunos de los temas con los que nos identifican hoy. Tristemente hoy estamos en la mira porque así conseguimos llamar de nuevo la atención y que mal que haya sido así, si cada vez que le pregunto a la gente mayor por su juventud me responden que fueron sus mejores momentos. Contrario a esto yo veo algo más en nosotros. No somos todo lo que dicen, somos nuestras acciones y yo he visto a jóvenes pintar-unos artistas-, nos he visto jugar -unos futbolistas, basquetbolistas-, nos he escuchado tocar - unos músicos-, nos he visto sembrar -unos agrónomos-, nos he visto cocinar -unos chefs-. He visto ingenieros, investigadores, líderes, luchadores y  hasta cómicos. Y eso para mí dice mucho.

Cuando se es joven uno acostumbra tener la cabeza llena de ocurrencias, sin embargo aunque podamos tener brillantes ideas, llevarlas a cabo cuesta más y emprender lleva más tiempo. De hecho he escuchado por ahí que somos los dueños del mañana, todo lo queremos dejar para mañana, quizá porque sentimos que tenemos mucho tiempo y no nos apura nada, pero deberíamos adueñarnos del presente para vivir ese mañana que tanto anhelamos.

Y así lo han hecho los abuelos, ¡por eso estamos aquí hoy! Porque ellos siempre se plantean qué es lo que quieren para sus próximos años y trabajan, aquí y ahora, no esperan, tampoco estudian 4 o 5 años de universidad.

Justamente en enero, en una asamblea se plantearon qué iban abordar prioritariamente este año.

Yo estuve en esa reunión y compartí una preocupación mía, sobre nosotros.

Hace algún tiempo hicimos una pequeña investigación sobre la participación de mujeres y jóvenes y me toco escuchar repetidamente que no nos escuchan y no nos toman en cuenta y sé que también es verdad, me ha sucedido, pero quizá nos hemos quedado atrapados en esa misma idea, con el miedo de que nos rechacen. Pero hay que ser perseverantes pues cuando aprendemos a caminar no porque nos caemos una vez no lo volvemos hacer, si no que nos levantamos, aprendemos y lo seguimos intentado.

A lo que voy es que ese día yo me sentí escuchada y creo que la prueba de que mi voz sonó es que este año se nombró “El año de la juventud y el fortalecimiento de los valores”.

Hay 3 cosas importantes en las que pienso nos hace falta trabajar:

*Los abuelos saben bien quiénes son, de dónde vienen y a dónde van.

Pero nosotros necesitamos preguntarnos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Vivimos un tiempo globalizado, en la “era de la tecnología” y somos bombardeados con información por la tele, la radio, los anuncios, las tiendas… Intentan succionarnos todo aquello que nos hace auténticos. Ni nos damos cuenta cuando de nuestra cabeza cuelga una antenita y como robots repetimos todo lo que vemos y dejamos de pensar, de amar, de construir, de comunicarnos.

De hecho esto me recuerda comentarios respecto a nuestro celular. Se dice que no lo dejamos para nada. Que comemos con él, vamos al baño con él, dormimos con él, etc. Yo les pregunto, ¿en verdad solo somos eso?

Además estamos tan confundidos que ya no nos apropiamos de lo que es nuestro y ¿cómo sentir amor y defender algo que nos es ya tan indistinto como la tierra?

* Definir nuestra identidad, reconocernos y conocernos. Dicen por ahí que el pueblo que no conoce su historia está destinado a cometer el mismo error.

* Los jóvenes todavía no estamos organizados, nos hace falta reunirnos, conocernos, tener asambleas  o participar en las que ya están.

Hay que buscar las cosas que nos unen, las que tenemos en común, no las diferencias, por ejemplo hoy podemos ver caminar juntos a tutunakus, mestizos y nahuas. Cómo lo hicieron? Pues es una buena pregunta y aunque en el libro de Tosepan vienen las respuestas sería “más mejor” dicen por ahí que ustedes conocedores nos enseñen.

Sé que hoy aquí hay un montón de soñadores, haciendo pequeñas acciones por aquí por allá, pero ¿qué pasa si un día nos reunimos y platicamos, si soñamos juntos y hacemos de nuestros sueños una realidad?

Yo los invito a que nos busquemos, ¿cómo van a saber que queremos o que nos interesa si no lo expresamos?

*Generemos un plan de vida, soñemos…

No sé si por haber estudiado podamos hacer cosas más novedosas y exitosas porque quizá eso mismo nos ha hecho ser muy cuadrados y limitados, pero es algo que también podemos platicar. A lo mejor y hasta hallemos una solución para que los cangrejos caminen hacia adelante

Quisiera pedirles que me respondan un par de preguntas alzando la mano si lo hacen ¿Quién de ustedes respira? ¿Quién piensa? ¿Quién habla? Tenemos todas las facultades. No nos hace falta nada. ¿Qué es lo que nos falta falta para salir?, ¿esperamos a que se pose un águila sobre un nopal? Ya no podemos esperar a que suceda eso.

Ya por último quisiera decirles que posiblemente de no ser por el azúcar y por todas esas problemáticas de los años 70 hoy no estaríamos aquí, así que agradezcamos a esos $12 y a los caciques que hicieron posible estos 42 años y que posiblemente incluso podamos contarlos como fundadores indirectos.

Última reflexión:

Para mi Tosepan no son las cabañas, el nekomit, la secadora de pimienta, la escuelita, el banco o los directivos: somos nosotros y todo lo que hemos construido en estos 42 años, somos el café que sembramos, la tierra que defendemos, el maíz que nos alimenta, somos el corazón de Tosepan.

¡SOMOS TOSEPAN!•

opiniones, comentarios y dudas a
[email protected]