El sector privado consideró que el mayor debilitamiento de la actividad productiva del país se concentró en diciembre pasado, a consecuencia de la escasez de combustibles.

En su análisis semanal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) dijo que el debilitamiento fue propiciado por “el cambio de estrategia de distribución que instrumentaron las autoridades con el objetivo de combatir el problema del huachicol”. Ello tuvo un efecto negativo en la producción y distribución de bienes, así como en la prestación de servicios, agregó.

En diciembre pasado el indicador global de la actividad económica (IGAE) tuvo una disminución de 0.4 por ciento, aunque en términos anuales mantuvo un comportamiento positivo, al mostrar un incremento de 0.2 por ciento. Sin embargo, el dato significó el menor avance desde noviembre de 2013.

El Ceesp agregó que el indicador de las actividades terciarias disminuyó en diciembre 0.6 por ciento, primera variación negativa en los pasados ocho meses. En términos anuales creció 1.2 por ciento, su menor aumento desde enero de 2014.

Las actividades secundarias

Dijo que el indicador de las actividades secundarias se contrajo 0.4 por ciento en el último mes de 2018, y ello representó su tercera baja consecutiva. Con este resultado, su comparación anual muestra una caída de 2.5 por ciento, la mayor baja desde noviembre de 2009.

Datos que ya deben estar contemplados en la evolución del PIB, pero que reflejan con mayor claridad el debilitamiento de la actividad económica, son las caídas mensuales de 3.2 por ciento en las ventas al menudeo de diciembre y la baja de 2.4 por ciento en el indicador de servicios.

Señaló que las cifras más recientes indican que en enero pasado la tasa de desocupación se ubicó en 3.5 como porcentaje de la población económicamente activa, mientras la de subocupación representó 6.7 por ciento de la población ocupada.