Sociedad y Justicia
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En México, la única ley sobre basura electrónica es laxa, asegura especialista

El país, tercer productor de estos desechos en América: Heberto Ferreira

 
Periódico La Jornada
Martes 26 de febrero de 2019, p. 32

México es el tercer país productor de basura electrónica en América, con una estimación de un millón de toneladas anuales, por debajo de Estados Unidos y Brasil.

Heberto Ferreira, académico del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad de la unidad Morelia de la Universidad Nacional Autónoma de México, señaló que lo anterior se debe a una conjugación de factores, entre los que se cuentan: ausencia de una política pública e incentivos para reciclar, insuficiente regulación y poca conciencia de usuarios, así como las consecuencias ambientales adversas de no reciclar.

Agregó que la iniciativa Step –esfuerzo internacional– censó las leyes que regulan el reciclaje y desecho de basura electrónica, y encontró que en diferentes países, algunos sudamericanos como Argentina, hay hasta 20 o 30 leyes, mientras en México sólo hay una, no está actualizada y es muy laxa.

También faltan incentivos para las empresas para que el mercado tenga una razón para reciclar, como dar facilidades o estímulos a quienes cuenten con una recicladora, con el fin de que los componentes no se tiren tras el primer uso, señaló en un comunicado.

Hace unos años ya se le calculaba a cada mexicano un promedio de siete kilos de basura electrónica, estimación que creció a 10 porque simplemente no reciclamos.

Un factor más que debe tomarse en cuenta son los metales pesados, agregó. La basura electrónica cada vez será más y afectará los mantos freáticos, los más susceptibles y de donde se extrae el agua para consumo. También es posible que dañe la respiración, porque el plástico se bioacumula y reacciona, dijo.

El reto es bajar la huella tecnológica; no es fácil, pero los electrónicos pueden usarse al máximo, tantos años como sea posible, y cuando sea poco viable, conservarlos por las necesidades personales; pasarlos a alguien más o deshacerse de ellos de manera responsable.