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Francisco Toledo regresa a la pintura; abre en galería de Oaxaca una exposición con más de cien obras
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▲ Francisco Toledo, ayer, al lado de una de sus obras, en la galería de Oaxaca donde encabezó un recorrido por su exposición.Foto Jorge A. Pérez Alfonso
Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 23 de febrero de 2019, p. 3

Oaxaca, Oax., Más de un centenar de obras integran la nueva exposición del artista Francisco Toledo, quien regresa a la pintura mediante diversos temas inspirados en lecturas, historias o recuerdos, además de acercarse de nuevo al autorretrato.

La muestra Francisco Toledo: obra reciente se inauguró en la Galería Quetzalli de la ciudad de Oaxaca; incluye el trabajo realizado en 2016 y 2017.

El pintor encabezó un recorrido con representantes de los medios de comunicación, antes de la apertura, y habló de sus cuadros. Algunos, explicó, surgieron con la idea de ilustrar textos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) sede para acercar a más personas a los libros; entre éstos figura Espulgando cartas, en el que reúne misivas enviadas a residentes en Estados Unidos con diversos temas.

Retoma el autorretrato

Toledo dijo a La Jornada que entre esas obras no tiene alguna predilecta aun cuando todas le traen recuerdos. Sin embargo, una que llama su atención es la que se inspiró en cartas de soldados japoneses y el escuadrón Kamikaze de la Segunda Guerra Mundial que tenían órdenes de impactar sus naves en contra de barcos enemigos.

Recordó que su madre le contó acerca de una colonia de japoneses que habitaban en Ciudad Ixtepec y con quienes convivía constantemente; sin embargo durante la época de la guerra, todos, desaparecieron, pues fueron llevados a campos de concentración ante el temor de que revelaran información de seguridad. Asimismo sostuvo que no sabe cuánto tiempo le tomó crear las más de 100 obras; ‘‘voy haciendo un tema, no lo termino y meses después lo vuelvo a tomar y lo termino, pero no tengo muy claro el tiempo que dedico a las piezas’’. Añadió que de las obras concernientes al sismo y las hamacas hay más, pero el espacio es insuficiente para mostrarlas.

El pintor, quien estuvo acompañado de la directora general de la Galería Quetzalli, Graciela Cervantes, fue narrando el motivo de cada una de las obras. Detalló una pintura basada en una historia del pueblo ikootj, en la región del Istmo de Tehuantepec, donde una mujer fue amante de un venado cuya relación fue rechazada por los nietos, pues matan al animal. Asimismo destacó la obra basada en historias que su padre le contó acerca de su abuelo, de oficio de zapatero, quien dormía en una cama con piel de buey que se utilizaba para hacer suelas de zapatos, el único problema es que día a día le cortaban un poco más, sin embargo al ser mayor y tener dinero para comprar su cama, tenía sueños recurrentes en los que su cama se hacía chiquita con la piel que compartía con cuatro niños más.

Toledo ilustró Las sendas de Oku, libro traducido por Octavio Paz, que leyó en los años 50 del siglo pasado, que cuenta la historia de un monje budista. Al término del recorrido por la exposición en conferencia de prensa habló de los autorretratos que retomó y explicó: ‘‘Me preguntan, ¿por qué de lo autorretratos a esta edad?, pues para dejar un registro de las barbas blancas, canas y arrugas’’.