Madrid. El centro de Barcelona se convirtió en un clamor multitudinario contra el juicio abierto en el Tribunal Supremo español contra los 12 líderes independentistas que llevaron a cabo la declaración unilateral de independencia de octubre de 2017. Unas 200 mil personas, según la policía de la capital catalana, acudieron a la convocatoria de los partidos secesionistas y del gobierno catalán, presidido por el nacionalista Quim Torra, quien encabezó la marcha.

La ciudadanía catalana salió a la calle al finalizar la primera semana del juicio contra los líderes del proceso secesionista, el primero que se intentó llevar a cabo por Cataluña de forma unilateral y con la pretensión de construir una nueva república independiente al margen de la legalidad española. El proceso terminó cuando el gobierno español tomó el control de las instituciones catalanas, y lanzó órdenes de aprehensión contra los líderes secesionistas que huyeron, como el entonces presidente Carles Puigdemont, quien se refugió en Bélgica, mientras que otros eran encarcelados por el gobierno español, presidido entonces por el derechista Mariano Rajoy.

En las tres primeras sesiones del juicio se escucharon a las defensas de los imputados, que acusaron al tribunal y al sistema penal español de represor, politizado y de vulnerar todos los derechos constitucionales. La Fiscalía y la Abogacía del Estado argumentaron los delitos de rebelión, malversación de fondos públicos y desobediencia. Por último, comparecieron dos de los doce acusados, entre ellos el máximo líder que se sienta en el banquillo, el ex vicepresidente de la Generalitat y líder de Esquerra Republicana de Catalunya, Oriol Junqueras.

A la convocatoria realizada por las asociaciones civiles independentistas Asamblea Nacional Catalana y Ómnium Cultural se sumaron además partidos políticos separatistas, entidades civiles y culturales y sindicatos bajo el lema de la autodeterminación no es ningún delito.

A lo largo de la marcha ondearon miles de banderas catalanas y lazos amarillos, que en el movimiento separatista simboliza a los supuestos presos políticos y exiliados. Durante la protesta también lanzaron duras críticas al todavía presidente español, el socialista Pedro Sánchez, a quien acusaron de irresponsabilidad por ceder ante la extrema derecha. Incluso animaron a los líderes políticos presentes a que lleven a cabo de forma real y efectiva la declaración unilateral de independencia, y que no se haga de forma simbólica, como ocurrió en 2017, para luchar contra la fuerza del golpe que lanzan a un movimiento pacífico y democrático.

Torra, de su lado, acusó al Estado español de llevar a cabo una farsa de juicio, y sentenció, apelando a la comunidad internacional: No se puede gobernar contra Cataluña y sin escuchar la voz de los catalanes. Esperamos encontrar políticos valientes sin miedo a la derecha y a lo más rancio de sus partidos.