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Han cooptado a trabajadores

Refinería de Salamanca, la mayor de AL, en disputa del crimen organizado

Las bandas pelean por las tomas clandestinas de la zona y el control de las pipas cargadas de crudo

 
Periódico La Jornada
Sábado 2 de febrero de 2019, p. 7

La refinería Antonio M. Amor no sólo es considerada la mayor planta en su clase en América Latina, además es –refieren mandos de la Policía Federal– uno de los principales puntos de distribución de combustibles y otros derivados de petróleo que ahora está en disputa de grupos criminales.

La lucha no es sólo por el control de las tomas clandestinas, sino también por la sustracción ilegal de pipas de petróleo crudo que operaban grupos de trabajadores en el interior de la planta localizada en Salamanca, Guanajuato, y que permiten abastecer de hidrocarburos a ocho estados.

Información de Pemex refiere que en julio de 1950 entraron en operación las primeras unidades de producción por el oleoducto de 450 kilómetros de longitud que conectaba la ciudad de Poza Rica, Veracruz, con Salamanca, Guanajuato.

Así nació esta refinería, en la cual el líder del cártel de Santa Rosa de Lima, José Antonio Yépez, El Marro, presuntamente dejó el pasado jueves un explosivo dentro de una camioneta y colgó una manta con amenazas para el presidente Andrés Manuel López Obrador y la exigencia de frenar su estrategia de combate al robo de combustible.

Las instalaciones petroleras incrementaron su capacidad en 2013 al inaugurarse la planta recuperadora de azufre, con inversión de casi 50 millones de dólares y con capacidad de proceso de 80 toneladas diarias, lo que permite recuperar casi 100 por ciento de azufre con tecnología de última generación.

También se rehabilitó la planta de tratamiento de aguas residuales, con inversión de 104 millones de pesos y capacidad para rehabilitar hasta 500 litros por segundo del líquido. Todo ello generó que los grupos delictivos, principalmente el cártel Jalisco Nueva Generación, cooptaran a trabajadores sindicalizados y de confianza para perforar los ductos en la zona externa de la planta y desviar camiones llenos de combustibles en las propias tomas internas sin que nadie los detuviera.

La refinería tiene una superficie de 518 hectáreas y 45 plantas de producción. Procesa 180 mil barriles diarios de petróleo crudo y se elaboran petrolíferos para atender las necesidades de los habitantes de Durango, Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, San Luis Potosí, Zacatecas y Aguascalientes, así como la aduana de Manzanillo y los principales puntos de producción industrial del centro del país. Eso es lo que sigue en disputa, refirieron las fuentes consultadas.