Opinión
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Infancia y Sociedad

Para los Reyes Magos

U

stedes fueron para muchos de nosotros la mentira más dulce y grandiosa de la infancia, pero también la primera gran desilusión. Recuerdo lágrimas, por ahí de los nueve años de edad, cuando tuvimos que aceptar que eran los padres quienes dejaban juguetes para que, llenos de alegría, los descubriéramos el 6 de enero.

Tal vez esa experiencia de fe ciega nos marcó tanto que todavía nos lleva de adultos a buscar creencias que nos den ilusión y esperanza.

Se puede vivir sin un montón de cosas, pero no sin ilusiones, motor de nuestras acciones y propósitos. Porque somos el único animal en el que la esperanza de felicidad es felicidad. Porque somos seres de deseo, de interminable desear, como bien piensa Schopenhauer en su monumental obra El mundo como voluntad y representación.

Necesitamos desear y creer. Quien no tenga arte ni ciencia necesita religión –afirmaba Goethe. Y si los Reyes Magos no existen, habrá que pedir con aquella fe infantil, pero con madurez ciudadana, a quienes deben cumplir sueños de la niñez. Pienso en el gobierno 4T, que entre los muchos problemas hereda el más grave y difícil: una infancia infeliz, pobre y desprotegida (40 millones de menores); problema mayúsculo de consecuencias irreversibles.

Si se pueden rescatar bancos con millones del dinero público, ¿no será posible hacerlo con la población infantil, que es nuestro más valioso capital humano?

Tres grandes acciones por regalos de Día de Reyes pedimos a la 4T: 1. Presupuesto especial. 2. Megaproyecto de rescate y desarrollo concretos, y 3. Un ombudsman que –con un padrón nacional de menores de 15 años– coordine y supervise el megaproyecto: ¡Cuidando a nuestra infancia!

Si como creía Rousseau, nacemos buenos, la pobreza nos hace violentos y malos. Contra la violencia se vacuna en la infancia y sólo ahí se puede romper el círculo de pobreza al asegurar alimentación, salud, educación y amor.

P.S. Pesar por los siete niños muertos en Iztapalapa en el fuego fatal de la miseria y por Camila, violada y asesinada a sus nueve años, en el valle de Chalco la noche de Año Nuevo.