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Proyecto universitario de alta prioridad
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éxico ha sido hasta ahora un país profundamente inequitativo, proceso que se agudizo en los pasados 36 años de gobiernos neoliberales. En menos de 200 municipios se concentran más de 90 por ciento de las inversiones en infraestructura, así como de la producción industrial y de servicios, mientras en el resto del territorio nacional la pobreza se hace visible para quienes la recorren de manera cotidiana, sin embargo dentro de esas regiones existen comunidades más pobres aún, en las que el ingreso medio de las familias no llega ni siquiera a los niveles del salario mínimo. A los municipios a los que pertenecen la mayor parte de esas comunidades, se les considera como ayuntamientos de alta marginación. Aunque éstos se encuentran en todo el país, principalmente en las sierras y zonas desérticas, la mayor parte corresponde a estados del sur y sureste, incluyendo a Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Campeche y Tabasco.

¿Como rescatar a esos cabildos de la miseria ancestral en la que hasta ahora han vivido, sin esperanza alguna de poder mejorar en el futuro? La respuesta que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha dado ha dado a este problema, se sustenta en la conformación de un conjunto de escuelas universitarias, que permitan a esas comunidades tener en algún tiempo la posibilidad de aprovechar los recursos naturales que existen en sus territorios, para elaborar productos con un nivel creciente de valor agregado, trátese de frutales que permitan fabricar conservas y jaleas, de ganado vacuno que haga posible la producción de una amplia variedad de quesos y otros productos lácteos, de madera que pueda ser tratada y utilizada para fabricar muebles, productos todos que al ser vendidos les generen recursos monetarios para mejorar las condiciones de vida de la región. Todo esto implica el desarrollo de un proceso educativo de nivel superior. En este contexto me llamó la atención el artículo publicado en la revista Proceso del 23 de diciembre, titulado Las 100 universidades, una política clientelar, escrito por el periodista José Gil Olmos, en el que relata una entrevista a un par de especialistas en materia educativa para quienes les resulta sospechoso que el nuevo gobierno ignore el gran problema educativo de la educación media superior de todo el país, generado por falta de escuelas. El comentario resulta insidioso al pretender comparar el proyecto con los nefastos programas clientelares de los anteriores gobiernos. ¿Por qué inferir desde ahora que el nuevo gobierno habrá de resultar igual a los anteriores, sin que exista una razón explicita para ello?

Si bien es cierto que en efecto el caso de la educación media superior es el principal problema educativo de nuestro país, existe un esfuerzo importante orientado a incrementar la oferta educativa de ese nivel, de manera que los mil millones de pesos que López Obrador pretende dedicar a este nuevo proyecto, afectarán poco a los esfuerzos educativos existentes, mientras que este si podría de cambiar el futuro de esas comunidades. La segunda especialista entrevistada por el periodista afirma que el proyecto parece una locura, en virtud de que los recursos asignados por el gobierno no van a alcanzar y que aún no existe una plantilla de profesores para todas esas universidades, ¿No es mucho exigir al proyecto de las 100 universidades el que desde ahora deba contar con una plantilla de maestros y de investigadores, tan solo 22 días después del inicio del actual gobierno? No recuerdo que la susodicha investigadora ahora entrevistada, haya mencionado en algún momento que el nuevo modelo educativo presentado por Aurelio Nuño, en el quinto año del gobierno de Peña Nieto fuese una locura, después de haber sometido a las evaluaciones punitivas a varios miles de maestros, sin conocer primero las innovaciones pedagógicas que se pretendían implantar.

De acuerdo con el artículo, Raquel Sosa, coordinadora del proyecto, ha expresado que existen ofrecimientos de la Universidad Nacional Autónoma de México, del Instituto Politécnico Nacional y de otras instituciones educativas, de apoyo para la atención a estudiantes de estas escuelas, así como en la elaboración de programas de estudio y materiales educativos, lo cual manifiesta la existencia de posibilidades que, para la investigadora mencionada carecen de importancia o de seriedad. En las entrevistas realizadas por el periodista de Proceso, la conclusión a la que llegan los entrevistados es que el proyecto de las universidades es sólo un proyecto clientelar y de manera particular la doctora Maldonado termina diciéndole al entrevistador Si esto lo hubiera propuesto el PAN o el PRI, imagínate lo que la gente diría; sería un escándalo. En ello estoy totalmente de acuerdo, pero ello no sucedería por la propuesta misma, sino por la larga historia de corrupción y de clientelismo que ha caracterizado a ambos partidos, mientras han tenido el poder. Al hacer dicha afirmación el objetivo de la autora, finalmente, es enviar un mensaje a los lectores de Proceso de que los tres partidos son lo mismo, sin ofrecer prueba alguna para tal afirmación.

Vale la pena preguntarnos porqué Gil Olmos decidió entrevistar a estos dos investigadores, con pensamientos tan parecidos, cuando seguramente existen muchos otros especialistas en el Cinvestav, en la UNAM y en las demás instituciones mencionadas en el artículo, con visiones totalmente diferentes; digo esto porque la revista Proceso se ha caracterizado y ha sido reconocida a lo largo de su larga historia como un organismo imparcial, mientras que este artículo deja una clara impresión de parcialidad en donde el autor da un mensaje puesto en la boca de otros personajes, con objeto de aparecer como alguien ajeno a las posiciones políticas de ellos.

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