Garantizar atención médica y fármacos gratuitos en el país, con prioridad en las zonas pobres y por conducto del programa IMSS-Prospera, implica superar algunos retos. Se requieren cambios legales para transferir el dinero del Seguro Popular al referido proyecto e incrementar el presupuesto.

Según el informe financiero del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) 2017-2018, entre 2013 y 2017 los avances en la estrategia estuvieron por debajo de la inflación, e incluso fueron inferiores al crecimiento de las necesidades para el pago de salarios del personal.

Además, carece de recursos formales para la inversión en infraestructura. Evidencia de lo anterior es que aún está pendiente reparar los daños en 543 clínicas y hospitales rurales tras los sismos de septiembre de 2017. Estos son sólo algunos asuntos que deberá resolver el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, para cumplir la meta de asegurar la atención médica para todas las personas. En una primera etapa se ha planteado el reto de llegar a los más pobres mediante el IMSS-Prospera, el cual cambiará de nombre a IMSS-Bienestar.

En un capítulo del informe financiero del Seguro Social se aborda la situación en que se encuentra la estrategia. Señala que el presupuesto es limitado. La mayoría del dinero proviene del Ramo 19, que son las aportaciones a la seguridad social (11 mil 350 millones de pesos en 2017), una proporción menor (mil 355.5 millones) son del Ramo 12 de salud, y 78.8 millones de pesos corresponden a convenios. En el documento se reconoce que el presupuesto ha sido insuficiente ante la demanda creciente de la población sin seguridad social que atiende el programa.

Las carencias económicas también han afectado la inversión en infraestructura. El año pasado ascendió a sólo 34.8 millones de pesos, monto equivalente a una disminución de 90 por ciento respecto de 2015, cuando se contó con 339 millones de pesos.

Para hacer frente a esta insuficiencia presupuestal, IMSS-Prospera ha recurrido a esquemas de colaboración con organismos como la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas que, entre 2014 y 2017, aportó los recursos para adquirir 139 unidades médicas móviles y construir 25 rurales.

En 2017, IMSS-Prospera, que con otros nombres ha existido desde 1973, dispuso de 12 mil 765.7 millones de pesos provenientes de diferentes partidas. El programa atiende a 12.4 millones de personas, de las que 78 por ciento vive en localidades con niveles alto y muy alto de marginación. Opera en mil 505 municipios de 28 estados, con 26 mil trabajadores. También destaca la participación de 350 mil voluntarios; entre ellos 6 mil 872 parteras y 944 médicos tradicionales.