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Boca se había puesto en ventaja

En tiempo extra, la dramática final de Copa Libertadores fue para River
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▲ El colombiano Juan Quintero rompió la paridad con un tiro que superó al cancerbero Esteban Andrada.Foto Ap
 
Periódico La Jornada
Lunes 10 de diciembre de 2018, p. 2

Madrid. El drama terminó y River Plate se convirtió en campeón de la Copa Libertadores, en la primera final de este torneo que fue desplazada a Europa por actos de violencia. En un ambiente de paz y lleno de emotividad, la escuadra de los millonarios se coronó al vencer en la prórroga 3-1 (global 5-3) a un Boca Juniors que se quedó con 10 hombres al inicio de los tiempos extras en el estadio Santiago Bernabéu.

Ante miles de argentinos que viajaron hasta Madrid, ambos clubes ofrecieron un encuentro analítico que se definió en el alargue. Darío Benedetto dio esperanza a los xeneizes al abrir el marcador a los 44 minutos, pero Lucas Pratto (68), Juan Quintero (109) y Gonzalo Martínez (120+1) asestaron los goles que le permitieron a River Plate obtener su cuarto título de Libertadores y el pase al Mundial de Clubes.

El llanto embargó a ambos planteles. Los millonarios dejaban escapar lágrimas de júbilo, ganaron la Copa Libertadores frente a su acérrimo rival, mientras los de Boca eran presos de los sollozos de tristeza.

River Plate gozaba de la proeza: el técnico Marcelo Gallardo cargaba el trofeo con una imborrable sonrisa y Juan Quintero festejó con la bandera de Colombia, su país natal, mientras recibían una ovación de los seguidores. “Peleamos hasta el final, somos ganadores de manera justa y ahora… nada, a celebrar, ¡somos campeones!”, dijo con efusión el volante que fue nombrado la figura del partido.

Boca vivió los últimos minutos como una pesadilla bajo una intensa presión, luego de que Wilmar Barrios fue expulsado al minuto 92 y el rival aprovechó la ventaja numérica para dar la voltereta.

River no tuvo piedad, ni siquiera en el último instante cuando Gonzalo Martínez anotó el tercer tanto. La afición de los millonarios ya festejaba el triunfo, mientras los xeneizes estaban sumidos en la angustia ante lo que pasaba en la cancha.

El duelo fue complicado, era una final y ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder nada. Ambos prefirieron apostar por desplegar un juego inteligente, no estaban para arriesgarse y debían ser precisos.

Si bien las autoridades de Madrid movilizaron a cuatro mil policías, todo fue calma y una sutil batalla de emociones se desató en el graderío sin caer en incidentes. Más de 60 mil hinchas de ambos clubes animaban con bombos, bufandas, banderas y pancartas que teñían de blanco y rojo y azul y dorado el estadio. También hubo espectadores de lujo como Lionel Messi, Diego Godín y Antoine Griezmann.

Boca fue más insistente en la primera parte, con disparos de su capitán Pablo Pérez. La recompensa llegó cerca del descanso, cuando Benedetto aprovechó un contragolpe para superar a la zaga, y tras resistir un mano a mano con el arquero Franco Armani definió con frialdad para poner el 1-0.

Polémica arbitral

El complemento fue reñido y River Plate puso presión en la meta rival. Después, la polémica, cuando Lucas Pratto fue derribado por el cancerbero Esteban Andrada en una jugada peligrosa, los millonarios pidieron penal, pero el silbante uruguayo Andrés Cunha recibió indicaciones de sus colegas asignados al videoarbitraje de no señalar la pena máxima.

Aún con el coraje, los de River Plate no se diezmaron y en cuestión de minutos consiguieron la igualada. Con una extraordinaria jugada de pared, Ignacio Fernández se filtró al área y envió un centro para que Pratto sentenciara con un potente disparo en medio de la zaga. La afición de River revivió con un grito de júbilo, pues regresaban a la pelea por el título.

El marcador no se movió y el partido se fue a la prórroga. Con un hombre menos por la expulsión (doble amarilla) de Wilmar Barrios cuando apenas empezaba el tiempo extra, a Boca se le puso cuesta arriba el título e intentaba rechazar como podía las acometidas de River.

El fortín cedió a 10 minutos del final cuando Quintero recogió el esférico en la frontal y enganchó un disparo con la zurda que se coló al fondo de la red después de acariciar el larguero.

Tras ese gol, Boca se volcó sobre la meta de Franco Armani, con su arquero Andrada jugando incluso de delantero y contó con varias aproximaciones como para forzar los penales, incluido un palo tras una gran volea de Cristian Pavón.

El último suspiro fue dramático, cuando los xeneizes acecharon la meta en un tiro de esquina, pero Gonzalo Martínez sentenció la final en un sorpresivo contragolpe a puerta vacía. No hubo más, Boca se marcó con lágrimas y cabizbajo.

El presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, llamó a los hinchas de su club a que festejen en Buenos Aires, pero respetando al histórico rival.

Ganamos, pero la vida sigue, dijo al tiempo que dedicó el triunfo a los 66 mil aficionados de River que por culpa de un grupo de personas no lo pudo ver en su propia casa, agregó al referirse a la agresión que sufrió el autobús de Boca cuando iba rumbo al estadio Monumental.

Pese al recurso que presentó su club en el Tribunal de Arbitraje Deportivo, el técnico de Boca Juniors, Guillermo Barros Schelotto, quiso zanjar la polémica sobre quién es el ganador.

En cuanto a lo deportivo, la verdad por mí está terminado. En cuanto a lo legal sería bueno que la Conmebol tome alguna medida, no con respecto a quién ganó la Copa, pero no puede ser que un equipo haya sido atacado, dijo.

El presidente de Argentina, Mauricio Macri –ex director de Boca Juniors–, envió una felicitación al campeón. Felicitaciones River y a todos sus hinchas por el triunfo en este partido histórico. Los de Boca sabemos que el futbol siempre da revancha.

En Buenos Aires se vivió una locura tras el silbatazo, miles de seguidores de River Plate salieron a las calles y se congregaron en el Obelisco de la ciudad para celebrar con cánticos y banderas rojiblancas. Los hinchas que se encontraban en Madrid festejaron en la Puerta del Sol, aunque de manera más moderada.