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Pierde el PSOE en Andalucía, su feudo por 40 años

Partidos de centro y ultraderecha tendrán la llave para gobernar

Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 3 de diciembre de 2018, p. 21

Madrid. En las elecciones autonómicas que se celebraron en Andalucía, la comunidad autónoma más poblada del país, la izquierda sufrió un revés histórico. Por primera vez en 40 años el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) podría perder el que ha sido su feudo por décadas. También retrocedió la formación emergente de izquierda Adelante Andalucía, formada por la coalición de Podemos e Izquierda Unida (IU), e irrumpieron con fuerza dos nuevas formaciones de derecha y extrema derecha, Ciudadanos y Vox, que serán las que tendrán la llave del gobierno.

Los resultados electorales arrojaron un Parlamento andaluz fragmentado en cinco: el PSOE obtuvo 33 diputados, 14 menos que en los comicios de 2015; el Partido Popular (PP) mantuvo la segunda posición con 26, siete menos que hace tres años; la emergente formación de centro-derecha Ciudadanos obtuvo 21 diputados, 12 más que en las pasadas elecciones; Adelante Andalucía logró 17, tres menos que en 2015, y la formación debutante de extrema derecha Vox tuvo un resultado histórico con 12 diputados.

Una de las claves de la jornada electoral fue la baja participación, que apenas superó 63 por ciento. Con estos resultados la formula para gobernar entre los dos partidos de izquierda (PSOE y Adelante Andalucía) está descartada, pues sólo suman 50 escaños, insuficientes para alcanzar la mayoría absoluta de 55. Así que cobra fuerza el inicio de las negociaciones para un nuevo gobierno andaluz entre las tres fuerzas conservadoras: PP, Ciudadanos y Vox, que entre las tres suman 59 escaños.

En la que ha sido una de sus noches electorales más tristes, la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, reconoció el retroceso de la izquierda, pero llamó a las fuerzas constitucionalistas a formar un dique para frenar a la extrema derecha. En contraste con el júbilo que expresaron en sus respectivas sedes los líderes del PP, Juan Manuel Moreno, y de Ciudadanos, Juan Marín, que hablaron abiertamente de que Andalucía votó por el cambio y habrá cambio.

Pero fue en la sede del fascista Vox donde estaban puestas todas las miradas. En un ambiente de victoria, su candidato, Francisco Serrano, advirtió: Esta noche hemos hecho historia. Nosotros somos los que vamos a propiciar el cambio, la mejoría y la reconquista. Somos un partido regenerador. Hemos llegado para quedarnos.

De confirmarse el pacto entre las tres formaciones conservadoras, se pondría fin a la hegemonía del PSOE en Andalucía; desde la reinstauración de la democracia después de la dictadura fascista de Francisco Franco todos los gobiernos de la región habían tenido el sello socialista. Pero durante las últimas décadas, además de los avances en material social y económica, también han proliferado los casos de corrupción en el seno del gobierno autonómico.

En el seno de la izquierda también se sufrió el retroceso de Adelante Andalucía, marca electoral en la región de Podemos e Izquierda Unida (IU), que también pone en evidencia el desgaste de esta formación política que en meses recientes ha estado inmersa en luchas internas y también ha sufrido el desgaste del ejercicio del poder en algunas ciudades como Cádiz. El castigo a las dos formaciones de izquierda también se entendió como un rechazo tanto al gobierno español, presidido por el socialista Pedro Sánchez, como a su principal aliado, Pablo Iglesias, líder de Unidos Podemos.

A pesar de la pérdida de votos del PP, su desgaste se diluyó ante el resultado histórico tanto de Ciudadanos como de Vox. El partido naranja (Ciudadanos) pasó de nueve a 21 diputados y se consolidó como la tercera fuerza electoral en la región y confirmó su asentamiento en una de las regiones clave para el conjunto del país. Vox, que concurrió a los comicios de 2015 pero no obtuvo escaños, pasó de tener 8 mil votos hace tres años a más de 340 mil en las elecciones de ayer. Una clara demostración de la fuerza con la que emerge en todo el país una formación de extrema derecha aglutinada en torno a un mensaje que defiende la unidad de la patria, el ataque contra la migración indocumentada y que se ha mostrado abiertamente contrario al movimiento feminista.