París. Entra sonriente en el escenario con su vestido blanco y empieza a cantar con esa voz inconfundible: la aparición fantasmagórica de la mítica Maria Callas gracias a un holograma ultrarrealista entusiasmó al público parisino, aunque dejó a algunos impasibles.

El fantasma de la más célebre cantante lírica del siglo XX actuó el miércoles en París, ciudad donde murió hace 41 años.

En la sala Pleyel, el holograma de una calidad casi fotográfica impacta, evocando casi a la perfección la gesticulación de la voz del siglo: sus manos que descansan sobre los hombros, la manera en que se acomoda el chal sobre los brazos, su interacción con una orquesta sinfónica. En la sala, hay quien se frota los ojos.

Sobrecogedor

Da la impresión de que realmente está allí. No sé cómo es posible, confía Thierry, de unos 70 años, quien sabe de memoria todas las grabaciones de la diva griega.

Es asombroso, sobrecogedor, asegura Olivier, en la cuarentena, quien recuerda que su generación no conoció a la Callas.

Aunque no se oyen las ovaciones entusiastas que acogían en su tiempo a la divina –que llegó a recibir 40 minutos de aplausos de pie– sí se escuchan algunos bravos después de las arias que la inmortalizaron, como La habanera, de Bizet, o Casta diva, de Bellini.

El espectáculo, concebido con las últimas tecnologías por el estudio estadunidense Base Hologram, responde a las expectativas del público, aunque tiene sus límites.

La primera vez que fanfarronea, que hace la diva en el escenario, espera que todo mundo se ponga de pie a gritar, pero sólo se oyen unos aplausos tímidos... la gente se pregunta si debe aprobarla, sonríe Olivier.

Muy pocos en la sala vieron a Callas cantar en vida y sólo la conocen por unos pocos videos en blanco y negro. La Callas reinventó la ópera modernizando el bel canto italiano y sobre todo poniendo la teatralidad en el corazón de la lírica gracias a su talento de intérprete.

Continúa fascinando más allá del mundo de la música, no sólo por su voz sino también por su vida personal, sobre todo por su amor frustrado con el multimillonario griego Onassis, quien prefirió a Jackie Kennedy.

▲ Una imagen de la diva captada en 1964.Foto Afp

Cada giro memorizado

Si bien muchos se emocionan, como Marie-France, a quien el espectáculo le puso la piel de gallina, algunos fans salen decepcionados.

Callas siempre me hizo vibrar. Y aquí no. Una pena, lamentó Jeanine. La voz de la diva assoluta era única en parte porque podía pasar fácilmente de las notas más graves a las más agudas.

El espectáculo se basa en grabaciones originales remasterizadas –con algunas fallas–, todo un desafío para la directora de orquesta irlandesa Eimear Noone.

Memoricé cada giro, cada frase, cada pausa para 90 minutos de música, asegura. Confía haber estado al borde de las lágrimas cuando vio a su lado el holograma por primera vez.

Tras haber pasado por ciudades como Bruselas y Londres, el espectáculo fue criticado por algunos en las redes sociales y la prensa por representar un culto al pasado y hasta una fascinación mórbida.

Pero para Noone, es sobre todo una nueva manera de atraer al público hacia la ópera y la música clásica. “Vendrán por curiosidad, por la tecnología, y luego dirán: ‘oh, Tosca (de Puccini), qué bonito’ y luego irán a ver una Tosca en directo”.

El holograma fue creado a partir de un doble que aprendió cada movimiento de Maria Callas durante 12 semanas, explicó Marty Tudor, productor ejecutivo de Base Hologram, que ya resucitó a Michael Jackson y al rapero Tupac Shakur.

La actuación fue filmada y luego mejorada hasta obtener una recreación digital completa, mostrada con un proyector láser de gran potencia.

La resurrección de los muertos podría convertirse en un auténtico filón para la industria musical.

Esto plantea muchas preguntas, afirma Olivier. ¿Y, si de repente se hace volver a Adolf Hitler? Hay este lado loco del siglo XXI...