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Un fracaso, las medidas para evitar explosiones en Tultepec
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▲ Restos de un taller de pirotecnia en la zona de La Saucera, municipio de Tultepec, estado de México, donde ocurrió una explosión el pasado 7 de noviembre. En lo que va de 2018 han ocurrido en este municipio al menos 10 explosiones, con saldo de 39 personas muertas y más de 70 que han sufrido quemaduras y amputaciones.Foto Notimex
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 12 de noviembre de 2018, p. 29

Tultepec. Méx., La muerte de una mujer y un hombre en un lote baldío de la colonia Oxtoc, en este municipio, donde estalló un taller ilegal de juegos pirotécnicos, ilustra el fracaso de los esfuerzos de autoridades y artesanos regulares por erradicar las explosiones en esta demarcación, que concentra 60 por ciento de la maquila de pirotecnia del país.

El percance ocurrió alrededor de las 14 horas del 10 de noviembre en un cuartucho de láminas de cartón sostenido con polines de madera, el cual voló con el estallido y sus dos ocupantes perecieron al instante.

Tres días antes hubo otra explosión en el paraje La Saucera, donde la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) controla la fabricación y almacenamiento de pirotecnia. No hubo heridos.

Este año Tultepec suma al menos 10 explosiones, con saldo de 39 personas muertas y más de 70 quemadas o amputadas.

Tres de esos accidentes ocurrieron en el paraje La Saucera; el más grave fue el del 5 de julio, cuando el estallido en cadena de tres polvorines mató a 24 personas y dejó a 49 heridas, la mayoría policías municipales, estatales y bomberos.

“Vamos a seguir trabajando. Lamentablemente esta es una actividad de muy alto riesgo, de la que viven unas 30 mil personas en un municipio de 150 mil habitantes’’, repite en entrevistas el alcalde de Tultepec, el perredista Armando Portugués Fuentes.

Asimismo, reitera que es responsabilidad de la Sedena catear domicilios donde se presuma que hay bodegas o talleres ilegales de pirotecnia.

Los fuegos artificiales, argumenta, son ‘‘parte de la cultura de todo el país. No me imagino un 15 de septiembre o un 31 de diciembre sin cohetes. Lamentablemente, mientras haya quien compre habrá quien fabrique, con todos sus riesgos’’.

Los accidentes más mortíferos han ocurrido en el mercado de San Pablito y en La Saucera, los dos sitios más regulados por autoridades municipales, estatales y la Sedena.

Sin embargo, la irregularidad se paga con la vida. La mañana del 6 de junio pasado habitantes de la colonia La Piedad amanecieron en medio de explosiones y bolas de fuego que cruzaban la calle Pensador Mexicano.

Una madre soltera tenía un taller clandestino en su domicilio. La explosión cobró la vida de siete personas, dejó nueve heridos y daños en más de 93 casas contiguas, tres de las cuales fueron demolidas.

Derek Isaac Cancino Aguilar, director del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (Imepi), dijo en su momento que tras la explosión del 5 de julio pasado el gobierno estatal dispone de un fondo de 6 millones de pesos para aplicar medidas de seguridad entre los pirotécnicos.

No obstante, las inversiones y la capacitación no han sido suficientes para acabar con vicios arraigados. En el paraje La Saucera se puede observar a empleados con manos, brazos, rostro y pelo cubiertos de polvos químicos; asimismo, sus ropas y calzado no son adecuados para este trabajo; tampoco usan cubrebocas y hacen sus mezclas en tambos viejos y sucios.