Opinión
Ver día anteriorMartes 6 de noviembre de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El absolutismo de los poderes fácticos
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na nube de ataques virulentos recibió Andrés Manuel López Obrador (AMLO) durante la semana pasada debido a su decisión de cancelar la obra del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM); apareció, cargada, en los grandes diarios nacionales y en decenas de periódicos del país. Lo mismo ocurrió con los canales de televisión. El hecho no por previsible es menos asombroso. Morena no se equivocará si prevé que tendrá a los medios ( ad absurdum) en contra: no a la cuarta transformación que aterra al muy real cuarto poder. No ocurre lo mismo con las redes sociales, donde los influencers morenistas cuentan con una audiencia mayor que cualquiera de los noticiarios televisivos. La diferencia entre uno y otro campo de comunicación es clara: en los medios está el colosal poder fáctico de empresarios e ­inversionistas.

La arremetida se centró muy principalmente en el costo de abandonar la obra y, en un lejano segundo lugar, en la consulta. Pero en el tema del NAIM hay muchos asuntos más y una valoración de la decisión exigiría ver todos ellos en conjunto. No contó: el gigantesco costo de continuarlo; el costo aún mayor, en el largo plazo, de mantener firme el pantano yacente debajo de las pistas; el incalculable daño ecológico no sólo al valle sino a la cuenca de México, y a sus habitantes: quienes vivimos en la zona metropolitana de Ciudad de México y los pueblos que circundan al lago. No contó tompoco la liberación de recursos que podrán beneficiar a los excluidos de la historia.

En el orden político, apenas fue considerada la decisión de iniciar la separación de los poderes político y económico. Y aunque casi no contó en los diarios y en la televisión, qué duda cabe: ese intento es inaceptable para los poderes fácticos. En el orden político esa separación es el desiderátum para Morena, no para los poderes fácticos: el absolutismo económico del statu quo es su desiderátum.

Respecto de la consulta, algunas voces señalaron una presunta inconstitucionalidad. En la Cámara de Diputados Beatriz Paredes se refirió a la consulta, aunque con alguna ambigüedad: señaló la disposición constitucional, pero terminó pidiendo al próximo presidente constitucional que espere y haga las co­sas como prescribe la Carta Magna; de un modo tangencial e involuntario hubo de señalar que la consulta que llevó a cabo AMLO, acompañado por los miembros de Morena, no caía en la hipótesis constitucional. La otra crítica se hizo sobre los principios, que no se habrían respetado para ser una consulta democrática: ¿de veras se sostiene esta crítica considerando la circunstancia concreta, de posiciones y tiempos, y teniendo en cuenta que no se trató de una consuta vinculante? Parece claro, fue sólo un ejercicio político por el cual AMLO se hizo acompañar por una buena cantidad de sus votantes; y sin duda, su mayor valor político fue el de ser el primer paso en la imperiosa necesidad de trazar límites entre el espacio político y el de los empresarios e inversionistas: es innegable el alto valor democrático de esa separción.

Quienes en los medios están por la continuidad del absolutismo de los poderes fácticos, van más alla de los aspectos señalados: son firmes repetidores del discurso neoliberal sobre la necesidad ineludible de tomar todas las decisiones de gobierno teniendo en cuenta, como máximo valor, la postura de los mercados. Muchas voces lo han dicho: los mercados son vistos como un ente metafísico que a todos nos gobiernan, que dan y quitan, que premian y castigan, que hacen berrinche y se asustan, luego de lo cual nos azotan; aunque los mercados tienen nombre y apellido. Nadie puede tambalear la bolsa, como ocurrió luego del anuncio de la cancelación del NAIM, si no está en la lista de los 16 multimillonarios más ricos de México que en 2017 aumentaron 21 por ciento su riqueza (mientras el PIB lo hizo en 2 por ciento), según Billionaires Report 2018; o los 36 que enlistó Forbes en abril de 2017; o los 50 que enlista el sitio británico Howmuch.net; o los 86 mil 700 millonarios que había en Ciudad de México en enero de 2018, según el sitio canadiense VisualCapitalist.com; o los 145 mil que ya había en el país en enero de 2013, de acuerdo con WealthInsight Report. Asimismo, el peso tuvo pédidas al día siguiente del anuncio de AMLO, porque el Banco de México se quedó con los brazos cruzados, a efecto de que esas pérdidas ocurrieran.

Black Rock, Bloomberg, Fitch, Moody’s, serán adversarios externos/internos mayores. Son, de hecho, parte poderosa del statu quo mexicano. En los días recientes no sólo se han pronunciado, con amenazas, contra la cancelación del NAIM sino, principalmente, de la cancelación de la reforma energética.

AMLO y Morena están obligados a cabalgar arduas contradicciones. No sólo tendrán mucho trabajo por hacer allá arriba, la mayor brega les espera entre los militantes y votantes de Morena. La separación de la esfera política, de la económica, será imposible sin una ruta política clara; la cuarta transformación no puede estar en stand by.