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ONU exige respuesta del gobierno a desaparición del estudiante Roy Rivera
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▲ Leticia Hidalgo, madre de Roy Rivera, desaparecido por policías de Escobedo, Nuevo León.Foto Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 4 de noviembre de 2018, p. 10

Monterrey, N.L., Leticia Hidalgo ha intentado, sin éxito, enjuiciar a alguno de los 11 policías que se llevaron a su hijo Roy Rivera el 11 de enero de 2011.

Ante la falta de justicia durante siete años, el Comité de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exige una respuesta al Estado mexicano y le fija un plazo de seis meses para que responda a fin de evaluar su responsabilidad internacional ante este crimen de lesa humanidad.

Aquella noche aciaga de la desaparición forzada, los uniformados, encapuchados y con chaleco antibalas de la policía de Escobedo, entraron a su casa en la madrugada, arrasando con todo: robaron ropa, zapatos, televisores, computadoras, joyas, perfumes, camionetas, dinero, entre otros bienes.

Cuando los policías estuvieron frente a sus hijos adolescentes Roy y Ricardo, este último de 16 años, uno de ellos dijo: Jefe, son unos morros; pero otro preguntó: “¿Quién es el mayor? Y Roy, de 18 años, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León, levantó la mano y se lo llevaron.

Unas horas después, los policías solicitaron por teléfono un millón de pesos de rescate: Si no pagas, tendrás la cabeza de tu hijo, le dijeron a Leticia. Finalmente, la familia entregó 750 mil pesos en una iglesia de San Nicolás de los Garza, pero a Roy nunca lo regresaron. Y el Estado jamás se molestó o detuvo a los policías responsables.

Desde entonces, Leticia no ha dejado un solo día de buscar a su hijo. Se convirtió en activista y fundó Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en Nuevo León (FundeNL), y junto a otras miles de madres emprendió una lucha por la justicia.

ONU demanda respuestas

Conforme al Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y en conformidad con el artículo 97 del reglamento del Comité de Derechos Humanos, la ONU solicitó informaciones y observaciones al Estado mexicano, para luego exigir una reparación del daño.

De esta manera, el caso de Roy Rivera Hidalgo se convierte en un caso paradigmático de la desaparición forzada de estudiantes en México: “La crisis de desapariciones es terrible y continúa. Nada nos está amparando en México y nadie tiene garantizada la seguridad. Iniciamos esta agonía desde 2009, 2010 y 2011, y cuando creíamos que esto no debería seguir, nos llega el golpe de la desaparición forzada de los 43 jóvenes de Ayotzinapa, en donde también el Estado está implicado, y luego los estudiantes de cine de Guadalajara… todos los días desaparece gente, no hay un día que no nos llegue el reporte de desaparición de por lo menos una persona”, dice en entrevista con La Jornada Leticia Hidalgo, madre de Roy Rivera.

Añade: El Estado mexicano está obligado a dar respuesta a la ONU, más cuando ha estado suscribiendo todos los pactos internacionales de derechos humanos. ¿Qué ha hecho el Estado mexicano en la desaparición de Roy?

Lamentablemente, afirma que durante casi ocho años el Estado mexicano se convirtió en el encubridor de los agentes señalados en la desaparición forzada de Roy: A pesar de que hay detenidos y existen vínculos con los policías que participaron en la desaparición de mi hijo, la autoridad no los ha relacionado, es algo inaudito, inverosímil e ilógico. No hay ningún policía detenido a pesar de las pruebas y testimonios. Y a pesar de que hay muchos denunciados y detenidos por llevarse a jóvenes y entregarlos al crimen organizado, que a veces crimen organizado y policías es lo mismo.

Señala que la desaparición de su hijo Roy no es un caso aislado, ya que en Nuevo León han ocurrido más de 3 mil: Mi caso reúne todos los elementos para hablar de desaparición forzada, primero por las personas que entraron a mi casa y segundo por el encubrimiento que ha hecho la policía de San Nicolás de los Garza a los elementos de Escobedo que se llevaron a mi hijo. Hay comisión y colusión del Estado mexicano.

Sinuoso camino

Para Leticia Hidalgo es importante que reparen el daño infringido, dando respuesta a la desaparición forzada de su hijo Roy: La solicitud principal es que el Estado mexicano refuerce la búsqueda, y que encuentren a Roy agotando los recursos que tienen. Yo ya agoté esos recursos y está documentado. La realidad es que nadie del Estado está buscando a los desaparecidos, más que en papel. En mi caso, todo sigue suspendido, todo lo tienen en trámite y desde hace casi ocho años no he recibido ninguna respuesta, ni tampoco se declaran incompetentes. El Estado mexicano solamente simula que los busca.

Su caso, dice, será un referente para los miles de desaparecidos. Y recuerda cómo los familiares viven un auténtico vía crucis para buscarlos y encontrar justicia.

Ha sido un largo, sinuoso, tortuoso camino en este México tan terrible que nos ha tocado vivir como madres, abuelas o esposas. La mayoría de nuestros desaparecidos son jóvenes en edad productiva que les han arrancado sus proyectos de vida. Es un dolor que no nos mata, pero tampoco nos deja vivir. El Estado mexicano no nos garantiza absolutamente nada de lo que es su obligación, como la seguridad y todos los derechos que la Constitución nos debe guardar.

Recuerda que cuando denunció la desaparición, las autoridades la recibieron con una pregunta inaudita: ¿Señora, qué hizo su hijo para que se lo llevaran?

Desde el momento que se llevan a Roy, empecé el peregrinaje buscando que las instituciones funcionen, pero nunca imaginé el grado tan alto de ineficiencia, de colusión e impunidad. Nunca pensamos que fuera tan terrible entrarle a las entrañas de este aparato de injusticia mexicano.

Con el inicio del nuevo gobierno de Andrés Manuel López Obrador, dice tener una esperanza para los más de 40 mil desaparecidos: Que sea el nuevo gobierno el que traiga de regreso a casa a todos nuestros desaparecidos. Vivir con un desaparecido significa vivir en suspenso, un duelo permanente, un vacío. La sociedad mexicana está tan herida, casi todos tenemos un duelo por un asesinado o un desaparecido. Estamos heridos de muerte.