Una serie de pronunciamientos y decisiones del próximo gobierno en las semanas recientes han hecho reaparecer las dudas sobre la política económica que impulsará el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, aseguró la banca suiza UBS. ¿Es el fin de la luna de miel?, planteó la entidad financiera, al mencionar que desde el 15 de octubre el peso acumuló una depreciación de 4 por ciento para convertirse en la moneda con el peor desempeño en el periodo.

Para UBS decisiones como someter a consulta la ubicación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), el anuncio de que Petróleos Mexicanos se enfocará más a la producción inter-na de refinados que a la exportación de crudo, las críticas al Banco de México y la falta de claridad respecto de los recursos para financiar inversiones como el Tren Maya y el programa de becas a jóvenes son los temas que específicamente despiertan dudas sobre la gestión económica del próxi-mo gobierno.

Antes de la elección presiden-cial, recordó la entidad en un re-porte fechado el 25 de octubre, UBS planteó, contrario al consenso, que si López Obrador salía victorioso el mercado se comportaría bien hasta el momento que tomara posesión el primero de diciembre. Esa opinión, dijo, se basó en la convicción de que sería del interés del ahora presidente electo pacificar las preocupaciones del mercado antes de asumir el cargo mediante la adopción de una agenda macroeconómica más ortodoxa.

Caras compensaciones

En su mayor parte, esa opinión ha resultado acertada: López Obrador atenuó algunas de sus retóricas más populistas, por ejemplo, respaldando explícitamente cuentas fiscales sólidas, un banco central independiente y el respeto de los contratos, y prestó su apoyo a una iniciativa importante para el mercado, como la negociación del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. En este entorno, el peso mexicano fue la divisa con mejor desempeño en el mundo desde las elecciones del primero de julio.

Sin embargo, en las semanas recientes una serie de acontecimientos ha vuelto a plantear dudas sobre si las preocupaciones respecto de la dirección futura de la política económica no eran equivocadas, después de todo, apuntó.

De la consulta para el NAIM menciona: dados los grandes compromisos de inversión en Texcoco, abandonar este proyecto en esta etapa sería extremadamente costoso y pondría en riesgo a todas las inversiones futuras en general. Cita datos del Grupo Aeroportuario de Ciudad de México, encargado de la construcción, para afirmar que si la obra es cancelada el gobierno enfrentará demandas de constructoras y tenedores de los bonos que se han emitido para financiarla. La siguiente administración, añadió, podría estar sujeta a pagar compensaciones calculadas en seis mil 100 millones de dólares, poco menos de la mitad del costo del proyecto, de 13 mil 300 millones de dólares.