20 de octubre de 2018     Número 133

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Y, mientras tanto, Volkswagen
manipula las lluvias en Puebla

Dolores Rojas Rubio Fundación Heinrich Böll


Campesinos protestaron a las puertas de la planta automotriz en Puebla.

El control del clima ha sido un sueño de la humanidad. Una referencia a este deseo la encontramos en la Odisea de Homero: Eolo, Dios de los vientos, regaló a Ulises una bolsa con los cuatro vientos, misma que -mientras Ulises dormía- los marineros abrieron creyendo encontrar un tesoro, lo que causó un vendaval que les hizo perder el rumbo.

En nuestro país, desde 2012, hay documentación de conflictos causados por los intentos de controlar el clima (1). El pasado mes de agosto diversos medios dieron cuenta de un conflicto desatado en Puebla porque la empresa Volkswagen, fabricante de automóviles, instaló tres cañones para evitar que el granizo dañara la pintura de sus unidades listas para salir al mercado. 

Campesinos de los municipios de Cuautlancingo, Coronango, Santa Rita Tlahuapan y Puebla realizaron una asamblea en la que decidieron proceder legalmente contra la empresa y las autoridades que autorizaron el uso los cañones que han afectado –según sus propias estimaciones– a unos 10 mil campesinos, y acusaron la pérdida de 2 mil hectáreas de siembra por los supuestos efectos que causan los bombardeos de esta tecnología.

La primera semana de junio, alrededor de 300 campesinos bloquearon el acceso a la puerta 8 de la fábrica y un tramo de la autopista México-Puebla para exigir la intervención de los gobiernos local y federal, debido a que sus cultivos de maíz, frijol y habas estaban siendo afectados por los cañonazos. Los pobladores aseguraron que han sido testigos de cómo las nubes se dispersan por las ondas generadas por los ‘dispositivos sónicos antigranizo’ que opera la empresa Volkswagen.

Los directivos de la empresa alemana reconocieron que el pasado mes de mayo iniciaron el uso de tres equipos llamados “dispositivos sónicos antigranizo”, debido a que en 2017 tuvieron una pérdida de 20 millones de dólares por daños en autos nuevos debidos al granizo. Por eso, para este año decidieron implementar los equipos antigranizo. En sus instalaciones tienen dos dispositivos antigranizo y un radar, tanto en la planta como en un predio en donde guardan sus autos en La Resurrección, Puebla.

De acuerdo con la descripción técnica de los artefactos, éstos emiten ondas de presión a la atmósfera con un radio de influencia de 500 metros a la redonda, generando un impacto físico sobre el granizo. Estos equipos producen explosiones con acetileno, que ayudan a dispersar la formación de granizos. Según lo establecido en el permiso otorgado por el gobierno local, deben contar con sistema antisonoro para evitar ruidos al exterior, aunque MTP Noticias difundió videos que muestran el incumplimiento de esta disposición.

Luego de las protestas, Volkswagen de México anunció la suspensión inmediata del uso de esos dispositivos en su modalidad automática, y aseguró que “sólo los accionará de forma manual cuando las condiciones meteorológicas determinen la inminente caída de granizo en los patios donde resguarda sus vehículos”. También anunció la instalación de infraestructura para el tendido de mallas antigranizo en los patios de la planta automotriz, que será utilizada como medida principal para la protección de sus unidades; “mientras que los dispositivos servirán como herramienta secundaria, y únicamente serán utilizados en modo manual”(2).

Los cañones antigranizo se han comercializado en nuestro país desde los años sesenta, y mientras se discute si afectan o no los patrones de lluvia, en México no existe una ley que regule su uso, aunque dependencias como la Conagua están facultadas para emitir permisos.


Volkswagen: aprovechando los vacíos legales

En el caso de Puebla, funcionarios de la empresa reconocieron que no cuentan con los permisos de la Conagua ni de otra instancia federal y que empezaron a operar luego de que en abril pasado, la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT) local autorizara el uso, durante dos horas al año, de tres dispositivos, sin estudio previo de impacto ambiental. No obstante, los propios directivos admitieron que detonan estos equipos cada siete segundos cuando se forma una nube.

Según la revista Ciencia UNAM,(3) “Los cañones antigranizo han sido utilizados por los agricultores para prevenir las lluvias acompañadas de piedras de hielo que pudieran dañar las cosechas; sin embargo, la utilidad de éstos ha sido muy cuestionada pues no está científicamente comprobado que en realidad logren su objetivo”. También señala que “no hay evidencia de que funcionen. Incluso, los resultados de experimentos planeados y realizados en Suiza en la década de 1980 -con rigor científico y utilizando técnicas modernas de siembra de nubes-, indican que estadísticamente existe la posibilidad de que la incidencia de granizo disminuya sólo en un 35 por ciento de los casos, en tanto que la probabilidad de que se genere más granizo de lo normal es de 65 por ciento”.

A pesar de las suspicacias de los especialistas en meteorología sobre sus resultados, la filial mexicana de la automotriz alemana ha defendido la eficacia de los dispositivos para convertir el granizo en partículas de granizo ablandado o simplemente agua; supuestamente sin afectar los ciclos de lluvia de la zona. Esta postura, sin embargo, choca con la percepción de pobladores vecinos a la planta, quienes señalan que se han visto afectados ya que los cañones han alterado sus procesos comunitarios de producción de alimentos. Los campesinos aseguran que comenzaron a observar una merma en las primeras lluvias de la temporada -de las que dependen para la siembra de maíz de temporal, así como para la producción de los alimentos provenientes de la milpa.

Si bien este es un ejemplo local de los intentos de manipulación del clima para proteger un interés económico muy particular, por desgracia no es el único. En el mundo hay intentos a distintos niveles y en distintas escalas, de usar la tecnología para modificar el clima sin medir las consecuencias.

Notas

1. Reygadas Robles Gil y Gustavo Aviña Cerecer, “¿De quién son los cielos? Tecnologías de manipulación pluvial y conflicto social en San Luis Potosí”, en Dimensión Antropológica, vol. 54, enero-abril, 2012, pp. 127-152. Disponible en: http://www.dimensionantropologica.inah.gob.mx/?p=7582

2. Información disponible en: www.milenio.com/negocios/volkswagen-suspende-uso-de-canones-antigranizo.

3. Nota disponible en: http://ciencia.unam.mx/leer/707/-control-de-nubes-el-mito-de-los-canones-antigranizo

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